Juan Tomás Olivero Figuereo
“Hay que respetar los ritos del poder”. Esta sentencia, además de haber sido el primer boche de Estado, es la llamada de atención del presidente electo, en ese momento, Leonel Fernández al encargado del protocolo de su juramentación Félix Jiménez en 1996, cuando quiso trastocar una tradición de Estado en su juramentación y traspasado de mando que molestó a los seguidores de Joaquín Balaguer, presidente saliente.
El historiador y filósofo de las religiones Mircea Eliade, aborda en su texto “Lo sagrado y lo Profano tres aspectos de la sacralidad de las representaciones del poder y la espiritualidad: simbolismo, ritos y otras variedades de hierofanías cósmicas. Desde la forma de tallar, ceñir una banda presidencial, lugar, espacio y tiempo, podemos ver que nos remontan estos signos a un pasado mítico de la vida religiosa, política, de Estado, de una institución o una organización. Todo ello, como legado y bien social cultural intangible.
La sociedad moderna dominicana cuenta con cuatro instituciones que la han hecho imperecedera por el protocolo, la liturgia y el orden marcial; al tiempo y las circunstancias: El Estado Dominicano, la Iglesia Católica, los cuerpos castrenses y la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), de esta última destaco la gestión del rector Franklin García Fermín, profesional de fino trato protocolar y competencias académicas invaluables del mundo universitario y la educación superior.
¿Estarán Luis Abinader y Raquel Peña, presidente y vicepresidenta electos en el invento danilista o reunión privada de entrega de banda presidencial? Está confirmado que el presidente Medina no se comportará como un hombrecito y dará la cara a su obligación de estar. La constitución dominicana sólo prevé un acto de obligación constitucional, la Juramentación, que es en sí misma transmisión democrática de poder y toma de posesión presidencial. Así, como es, también, un hecho unísono. Que se celebra en espacio y tiempo, en un solo lugar; la Asamblea Nacional:
Cito, Artículo 126.- “Juramentación del Presidente y del Vicepresidente de la República. El Presidente y el Vicepresidente de la República elegidos en los comicios generales, prestarán juramento a sus cargos el día 16 de agosto siguiente a su elección, fecha en que termina el período de las autoridades salientes. En consecuencia:, fin de la cita.
El invento del mal llamado traspaso de mando y acto privado, rompe no solo con una tradición, sino, con las reglas elementales del trato social que regulan el comportamiento entre los individuos de una sociedad: como son valores de delicadeza, finura, respeto, generosidad, amabilidad, cortesía, prudencia y reconocimiento a los demás, entre otros.
Quiero ilustrar estas reflexiones antes de concluirlas con un fragmento del texto de Ética de Adolfo Sánchez Vásquez que cito: “Al igual que el derecho y la moral, el trato social cumple la función de regular las relaciones de los individuos, regulación que contribuye – a asegurar la convivencia social en el marco de un orden social dado.” (Ética. Adolfo Sánchez Vázquez. Página 88. Tratados y Manuales Grijalbo).
No hay que batir la paila y agitar el fogón, para entender que el comportamiento del presidente Medina es un pelo o una pasta de jabón a la fiesta democrática de este 16 de agosto. Creo presidente electo y vicepresidenta que con sus presencias en la llamada reunión privada, facilitan la vulneración a su propia legitimidad, por parte de las autoridades salientes.
Presidente Luis Abinader, reconocerle potestad a esta inconducta de Estado de Danilo Medina Sánchez, crea un precedente funesto para la democracia dominicana.
*Autor Filósofo Jurista Constitucionalista, Profesor Titular UASD
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