Santo Domingo.- Es prácticamente un hecho que, debido a las condiciones de la expansión de la Covid-19 en el país, no todos los centros educativos de República Dominicana no podrán iniciar clases presenciales en agosto, por lo que el próximo año escolar (2020-2021), debe iniciar cuando las condiciones de seguridad sanitaria para proteger la integridad de estudiantes, docentes y funcionarios administrativos estén garantizadas.
Así lo entiende Enrique Darwin Caraballo, director ejecutivo de Acción Empresarial por la Educación (Educa), que, sin embargo, consideró y resaltó que “… la educación, como decía Simón Rodríguez el educador del libertador Simón Bolívar, está donde está el maestro, aunque ahora sea tras una pantalla o una guía docente”.
Resaltó que en la nueva normalidad, la educación está obligada a repensarse no solo en República Dominicana, sino en todo el planeta.
Entiende que se puede aplicar un modelo educativo que implique la modalidad semipresencial y telepresencial, que implica el uso de herramientas tecnológicas como: zoom, el whatsapp, televisión, radio o guías docentes que de hecho ya se han estado utilizando y que permiten la interacción entre el maestro y el alumno.
Es diferente, según explicó, a la educación virtual que se limita a la grabación de vídeos e imágenes, pero que no incluye ese nivel de retroalimentación que se produce con la educación telepresencial.
“Este modelo híbrido implica combinar la presencialidad con la telepresencialidad. Ya no hablamos de virtualidad porque esta no suponía la interacción en tiempo real entre estudiantes y docentes cosa que hoy si es posible.
Por eso hablamos de telepresencialidad”, dijo.
El director ejecutivo de Educa considera que la presencia de este virus implica también trabajar con ciertos niveles de incertidumbre, ya que se desconoce a ciencia cierta cuando va a desaparecer y aún resta mucho por conocer sobre sus efectos colaterales.
Aboga por la flexibilidad a la hora de pensar en cómo dar continuidad a los aprendizajes de los estudiantes y se identifica con la propuesta de segmentar el territorio para aperturar las escuelas en función de la evolución del virus se ha implementado con éxito en otros países.
Recordó que los países que mejor han administrado esta situación han recurrido a la microplanificación.
«Es decir, analizar la prevalencia de la enfermedad sobre el territorio en relación con el mapa de centros escolares. “Allí donde no hay enfermedad o está controlada, hay más garantías para avanzar en la asistencia a los centros”, observó.