Estados Unidos anunció este lunes más sanciones por tráfico de fentanilo contra Los Chapitos, una facción del cártel de Sinaloa dirigida por los hijos de Joaquín -El Chapo Guzmán.
También, los Estados Unidos, aumentó la recompensa por los dos hijos del narcotraficante colombiano que aun se encuentran fugitivos de la justicia norteamericana.
El presidente Donald Trump libra una guerra contra los cárteles mejicanos de las drogas para intentar frenar el tráfico de este opioide sintético, una de las principales causas de la muerte de personas de entre 18 y 49 años en los Estados Unidos.
Los cuatro hijos del Chapo (Iván Archivaldo Guzmán Salazar, Jesús Alfredo Guzmán Salazar, Ovidio Guzmán López y Joaquín Guzmán López) controlan el cártel de Sinaloa, considerado por Washington una organización «terrorista» global, a través de su facción autodenominada «Los Chapitos».
Ovidio y Joaquín están detenidos en Estados Unidos, pero Iván y Jesús Alfredo «siguen prófugos en México», afirma el Departamento del Tesoro en un comunicado.
«El liderazgo de Iván en Los Chapitos ha desencadenado una alarmante oleada de violencia en México y Estados Unidos contra civiles, fuerzas de seguridad y miembros de cárteles rivales», precisó el gobierno estadounidense.
Washington acusa a su hermano Alfredo de actuar como «lugarteniente» y de haber «participado en la tortura de rivales» para sacarles información.
Por esa razón, el Departamento de Estado incrementó este lunes de 5 a 10 millones de dólares la recompensa por información que conduzca a cada uno de los dos «Chapitos» prófugos.
Laboratorios clandestinos controlados por Los Chapitos son «responsables de la introducción de fentanilo en pastillas falsificadas fabricadas por el cártel de Sinaloa» gracias a «su capacidad» para adquirir sustancias químicas necesarias para su fabricación, afirma el Departamento del Tesoro en un comunicado.