Scharazade Rodríguez
Mientras transcurrían las horas de aquella aciaga madrugada tras el colapso de una parte del techo de la discoteca Jet Set, los parientes de Lía Gómez Féliz se aferraban a Dios para encontrarla, con alguna lesión, pero viva. La joven es nativa de la provincia Barahona.
Sin embargo, esa esperanza de encontrarla viva se desvaneció: su cuerpo inerte había sido enviado al Instituto Nacional de Patología Forenses, tocando a una tía de la joven la dura decisión de reconocer si se trataba de ella, pero no viva como era su aspiración, sino muerta.
“He salvado tantas vidas y no pude salvarla a ella”, eran las palabras que podía articular su tía, mientras las lágrimas caían en el uniforme de doctora que vestía, quien ayudaba a la familia en el proceso de identificación de la chica, estudiante de término de la carrera de Derecho.
Su padre pudo abrirse paso, desafiando a la seguridad y a la fuerza llegar al interior del lugar de patología forense hacia donde están llevando los cadáveres.
“Mi princesa no, mi princesa no”, exclamaba impotente Edgar Gómez, padre de la chica, quien encontró la fuerza para abrirse paso entre una celosa seguridad en el lugar, pero al ver a su hija con sus ojos apagados se desplomó y estalló en llantos.
Las autoridades continúan en las labores de rescate en el lugar del siniestro, por lo que el número de personas fallecidas podría aumentar conforme avancen las tareas de búsqueda de personas debajo de los escombros.
El dato preliminar que manejan las autoridades sobre los fallecidos es de 79 y de 155 personas heridas.