Claudia Fabián Pineda
Agricultores de Tamayo, provincia Bahoruco, denuncian la ineficacia del servicio de agua para el regadío, situación que afecta las plantaciones agrícolas, ocasiona pérdidas y disminuye la calidad de los cultivos.
“La falta de agua pone lento el crecimiento de los plátanos, hace que los tallos sean más delgados, hojas más pequeñas; las matas se caen solas, el producto amarillento, reducción en el tamaño y el peso de los racimos, así como una menor cantidad de frutos por planta», exponen agricultores de la zona afectado por la falta de agua para irrigar sus conucos.
Esto se traduce en una disminución significativa en la producción total, afirmó el agrónomo y productor Rodolfo Ramírez, uno de los afectados con esta situación.
Situación similar tienen productores de «Las Trescientas y Tabila», donde decenas de agricultores atraviesan por muchas diversas vicisitudes, dice el agricultor y exalcalde de Tamayo Luis Milcíades Montes de Oca.
Montes de Oca, afirmó que el campesinado hace “malabares” para poder sacar adelante la producción.
“Ahora mismo en toda la zona se experimentan dificultades con el agua. Tenemos agua, pero cada día hay más personas incursionando en la agricultura y eso dificulta el tema de riego, porque cuando en un canal o regola hay 5 personas y aumenta a 10 ó 12, esto provoca una merma, además, la limitación que tenemos los agricultores con los horarios para irrigar la tierra”, explicó.
En el casco urbano de Tamayo y la zona rural como San Ramón, Los Conuquitos y Barranca, los agricultores han optado por instalar sistemas de riego por goteo o usar bombas para mejorar y hacer factible el riego de sus propiedades y poder enfrentar la sequía.
Señalan que, más que falta de agua, existe una incorrecta distribución, porque las aguas del río Yaque del Sur están divididas con el Consorcio Azucarero Central (CAC), en un horario de 2:00 de la tarde a 2:00 de la mañana para el consorcio y de 2:00 de la mañana hasta las 2:00 de la tarde para los agricultores de 12 comunidades, insuficiente por la cantidad de tierra para irrigar.
Consideran injusta esta distribución, porque -indican- el arrendatario del ingenio Barahona es uno y tiene 12 horas, mientras ellos son decenas y cuentan con la misma cantidad de horas para poder llevar el agua a sus predios.
Entienden que con esta forma inequitativa de distribución del agua para el reguío, lleva a la quiebra, sobre todo, a pequeños y medianos productores, porque sus plantaciones se están destruyendo.
Respuesta del CAC
El ingeniero Juan Gilberto Díaz Batista, vicepresidente del Consejo Directivo de la Junta de Regantes y superintendente de Recursos Hídricos del Consorcio Azucarero Central (CAC), las acusaciones del campesinado.
Díaz Batista, negó los arrendatarios del central azucarero local «acapare» el 90 % de las aguas, atribuyéndolos (comentarios) al “desconocimiento” de algunas personas.
Su argumento radica en que el agua tiene el mismo horario para todos: 12 horas para la caña y 12 horas para los agricultores, pero el campesinado entienden que responde a la realidad, pues aseguran, que el CAC es uno «uno solo» con la misma cantidad de horas que decenas de productores.
Creen tendrían que «resignarse» a ver cómo sus plantaciones se quiebran por no poder llevar agua con la regularidad y la abundancia que se requiere.