Cesar G. Díaz
El futuro de la movilidad depende en gran medida de los avances tecnológicos que permitan la recarga de vehículos eléctricos (VE) en menos de 10 minutos. Si bien esta meta tecnológica es crucial para la adopción masiva, la realidad actual presenta desafíos significativos. Uno de los principales obstáculos es el costo inicial de los VE, que supera al de los vehículos de combustión interna, lo que ha frenado su popularización.
Sin embargo, este período de transición no ha sido en vano; ha permitido identificar problemas críticos que podrían surgir con una adopción a gran escala. Entre ellos, destaca la sobrecarga de las redes eléctricas durante las horas pico. Esta sobrecarga se traduce en largas esperas en las estaciones de carga y ejerce una presión considerable sobre la infraestructura energética, especialmente en países donde la adopción de VE es más avanzada.
Los VE están en camino de convertirse en el principal medio de transporte, pero aún enfrentan un desafío crucial: mejorar la velocidad de carga. En este sentido, las baterías de estado sólido podrían ser la solución, ya que ofrecen mayor seguridad, autonomía extendida y tiempos de carga de apenas 5 minutos en algunos prototipos. Sin embargo, la producción a gran escala de esta tecnología aún presenta altos costos.
Paralelamente, otros países exploran alternativas como los vehículos de hidrógeno (VH), que combinan muchas ventajas de los automóviles tradicionales: recarga en 1 o 2 minutos, autonomías superiores a 400 km y un único residuo: vapor de agua. No obstante, el hidrógeno es altamente inflamable y su producción aún depende en gran medida de combustibles fósiles, lo que plantea interrogantes sobre su sostenibilidad real.
La realidad es que aún no disponemos de una fuente de energía capaz de satisfacer nuestras expectativas de movilidad de manera completamente sostenible.
La pregunta permanece abierta: ¿dominarán los VE el futuro del transporte o son solo una etapa hacia soluciones más eficientes? Lo cierto es que la tecnología avanza rápidamente, y en los próximos años podríamos presenciar una transformación radical en la forma en que nos desplazamos.
El autor posee un Master en Gestión de la Contrucción con Postgrado en Gestión Urbanística y Planeamiento y Valoraciones Inmobiliarias y Pericia Judicial en la Universidad Ramón Llul, La Salle, Barcelona, España. De igual modo, es maestrando de la Maestría Gestión Sostenible del Agua en la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM).