Xavier Carrasco.
Si las elecciones municipales del 2028 se celebraran hoy en Barahona, el panorama político estaría claramente definido por la ausencia de liderazgos competitivos en la oposición y una pugna interna en el partido de gobierno.
A tres años de los comicios, tanto la Fuerza del Pueblo (FP) como el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) carecen de figuras con el peso político necesario para disputar la alcaldía de Barahona. Ninguno de estos partidos ha logrado posicionar liderazgos fuertes que puedan enfrentar con éxito al oficialismo, dejando el escenario libre para una contienda principalmente dentro del Partido Revolucionario Moderno (PRM).
En la tienda del PRM, el panorama es distinto. Tres nombres comienzan a perfilarse como aspirantes a la alcaldía:
Sara Féliz, actual diputada, quien ha manifestado su interés en la candidatura municipal. Su perfil legislativo y su cercanía con sectores importantes dentro del PRM le otorgan una base sólida de respaldo.
Ricardo Dominici, regidor y actualmente presidente del concejo, quien ha sido un actor clave en el ayuntamiento y busca dar el salto a la alcaldía con el apoyo de estructuras municipales.
Noelia Suberví, actual vicealcaldesa, quien aún no ha confirmado oficialmente su aspiración, pero que es señalada como un posible contendiente en el proceso interno del PRM.
Si bien aún es temprano para definir quién tendrá más posibilidades dentro del PRM, la competencia promete ser intensa. El actual alcalde, Míctor Fernández, podría jugar un rol clave en la sucesión municipal, ya sea apoyando a uno de los aspirantes o buscando su propia reelección.
Aunque Fernández no ha manifestado oficialmente su intención de postularse para un tercer mandato, las circunstancias del 2028 podrían llevarlo a regresar al ruedo político. A mi juicio, hay tres razones fundamentales que podrían motivarlo a buscar la reelección:
En política, el liderazgo se mantiene a través de candidaturas y aspiraciones. Si Fernández no se postula, corre el riesgo de perder visibilidad e influencia en el ámbito municipal.
Su candidatura evitaría que otros liderazgos dentro del partido avancen y amenacen su posición. Si permite que nuevas figuras ganen terreno, podría quedar relegado y perder peso dentro del PRM a nivel local.
En el otro extremo del espectro político, la oposición luce debilitada y sin figuras visibles que puedan articular un proyecto serio de cara al 2028. La Fuerza del Pueblo, liderada a nivel nacional por Leonel Fernández, no ha logrado consolidar liderazgos en Barahona que puedan generar un reto real al PRM. Mientras tanto, el PLD sigue sin recuperarse del desgaste sufrido tras su salida del poder en el 2020 y la posterior división interna que dio origen a la FP.
La única figura con cierto reconocimiento en la oposición es la licenciada Noris Medina, de la Fuerza del Pueblo. Sin embargo, su situación política no es la más favorable. Viene de dos derrotas consecutivas: perdió la senaduría en 2020 y la alcaldía en 2024, lo que ha debilitado su imagen ante el electorado. Además, enfrenta conflictos internos dentro de su partido, lo que dificulta aún más su consolidación como una alternativa fuerte.
Sin candidatos fuertes ni estrategias claras, la oposición corre el riesgo de quedar relegada a un papel testimonial en las elecciones municipales, salvo que en los próximos años logren construir una alternativa creíble para el electorado barahonero.
Con este panorama, todo indica que la verdadera lucha por la alcaldía de Barahona se dará dentro del PRM. La disputa entre Sara Féliz, Ricardo Dominici y la posible candidatura de Noelia Suberví podría generar tensiones dentro del partido de gobierno, y la manera en que se maneje esa competencia interna será crucial para mantener la unidad de cara a los comicios.
La posibilidad de unas primarias cerradas o una negociación interna que defina el candidato será un factor clave en el desenlace. Además, si la oposición logra reagruparse y presentar un candidato fuerte, podría capitalizar cualquier fractura interna en el PRM.
Por ahora, la pregunta clave es si la Fuerza del Pueblo y el PLD lograrán estructurar una alternativa real o si el 2028 será simplemente una elección interna del PRM con el respaldo de las urnas.