Xavier Carrasco.
A lo largo de la historia política de la República Dominicana se han gestado movimientos que, impulsados por ideales y sacrificios, han transformado la realidad del país. En este contexto, el esfuerzo y la entrega de los dirigentes de base del Partido Revolucionario Moderno (PRM), han sido fundamentales para la consolidación y el avance de una fuerza política que buscó siempre responder a las necesidades y aspiraciones del pueblo.
Pero hoy se observa una inquietante transformación en el escenario político: aquellos que han dedicado años a forjar el partido desde las bases se ven, en muchas ocasiones, desplazados por exdirigentes del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), que ahora ocupan espacios de poder en un gobierno que ha heredado y adaptado sus propias estructuras y dinámicas.
Por años, dirigentes de base del PRM se han caracterizado por su compromiso inquebrantable con la causa y por su capacidad para movilizar a las comunidades en torno a proyectos y propuestas orientadas a la justicia social y el desarrollo equitativo.
Su sacrificio se tradujo en jornadas incansables de trabajo, campañas en terreno y la construcción de redes de apoyo que buscaban transformar la realidad de barrios y municipios. Este legado, cimentado en la participación ciudadana y la cercanía con los problemas del pueblo, representó el alma y la identidad del partido en sus orígenes.
Con el paso del tiempo y los cambios en el panorama político nacional, la entrada de exdirigentes del PLD, en posiciones estratégicas del gobierno ha alterado el balance interno del PRM.
Esta situación, percibida por muchos como un desplazamiento de quienes hicieron posible el surgimiento y consolidación del partido, ha generado un sentimiento de desilusión y desconcierto en aquellos que vieron en el sacrificio y el esfuerzo las piedras angulares de la identidad política del PRM.
Diversos sectores del partido sostienen que la incorporación de estos nuevos actores ha venido acompañada de “cancelaciones” en el sentido de que se han dejado de lado propuestas, proyectos, incluso, dirigentes que aportaron desde las bases.
Se habla de un proceso en el cual el pasado y el esfuerzo popular se ven opacados por una estrategia política que, en ocasiones, favorece el confort y la experiencia institucional de figuras provenientes de un contexto distinto, dejando en segundo plano el compromiso y la pasión que caracterizaban a los militantes originarios.
Ante este escenario, surge la pregunta inevitable: ¿qué sentido tuvo todo aquel sacrificio? La respuesta, lejos de ser un simple juicio de valor, invita a reflexionar sobre la transformación de los partidos políticos en tiempos de cambios estructurales.
El sacrificio de los dirigentes de base del PRM no puede ser medido únicamente por los cargos o espacios de poder que ocupen en la actualidad; su aporte se refleja en la cultura política, en la formación de ciudadanos comprometidos y en la generación de un proyecto que, desde sus inicios, apostó por la participación y el cambio real.
Si bien la presencia de ex dirigentes del Partido de Liberación Dominicana en la nueva administración puede representar una estrategia de consolidación de alianzas y la búsqueda de experiencia en la gestión gubernamental, es fundamental que esta incorporación no signifique el olvido de las raíces y el esfuerzo genuino que caracterizó la gestación del Partido Revolucionario Moderno.
El sentido del sacrificio reside en la capacidad de transformar la lucha en una herramienta para el progreso, en la posibilidad de que el compromiso de las bases se vea reconocido y se traduzca en políticas públicas que beneficien a toda la ciudadanía.
El desafío que se presenta para el Partido Revolucionario Moderno, es revalorizar su esencia y garantizar que la memoria y el esfuerzo de sus dirigentes de base sean reconocidos en la construcción del futuro político del país.
Es necesario un diálogo interno que permita integrar la experiencia de todos los actores, sin que ello implique la cancelación o el desplazamiento de quienes han contribuido desde el origen.
Solo a través de un enfoque inclusivo y respetuoso de la historia del partido se podrá trazar un camino en el que el sacrificio y el compromiso sigan siendo la base para enfrentar los retos que demanda una sociedad en constante cambio.
El sacrificio de los dirigentes de base del PRM sigue teniendo un sentido profundo: el recordatorio de que la transformación política se construye en el terreno, en el encuentro con la realidad del pueblo y en la perseverancia de aquellos que creen en un futuro mejor.
La consolidación de un proyecto político que integre todas las voces es el desafío pendiente y el reconocimiento a los esfuerzos de ayer es, sin duda, la piedra angular para lograr un mañana de justicia, inclusión, así como verdadera participación democrática.
*Autor: abogado de formación, dirigente juvenil PRM y comentarista