Apelando a la “Laudato Si”, la Encíclica ecológica del papa Francisco: “El clamor de la tierra y el grito de los pobres no pueden ser ignorados (cf. Laudato Si’, 49)”, la Conferencia del Episcopado Dominicano (CED), mostró su “rotundo” desacuerdo la agresión perpetrada por la minera Barrick Gold, con apoyo de la Policía Nacional y del Ejército de la República Dominicana (ERD), contra la comunidad Arroyo Vuelta.
Cita, además, que, también, están implicadas otras cinco comunidades de la zona, pertenecientes al distrito municipal de Zambrana, municipio de Cotuí.
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“Estos hechos, caracterizados por el uso desproporcionado de la fuerza, la violación de los derechos humanos y el irrespeto a la dignidad de las personas, donde han sido lesionados dos sacerdotes y varias personas de las mencionadas comunidades, son inaceptables en un estado de derecho que debe garantizar la justicia, la paz y el respeto a los ciudadanos, especialmente a los más pobres y desprotegidos”, afirma.
En ese sentido, afirma, “¡Es urgente decir no a la estrategia del miedo! La Iglesia católica, fiel a su misión de defender la vida y la dignidad humana, repudia cualquier acción que violente los derechos fundamentales de las comunidades afectadas y se solidariza con las acciones de nuestro hermano obispo de La Vega, monseñor Carlos Tomás Morel Diplán, también presidente de la Comisión Nacional de Pastoral de Ecología y Medio Ambiente”.
Afirma resulta “inadmisible” que el afán de lucro prime sobre la vida y la tranquilidad de las familias afectadas en la zona, por lo que llaman a las autoridades nacionales para que, entre todos los sectores involucrados, se respete el debido marco jurídico.
Además, los obispos invitan a fomentar el diálogo, en el cual están dispuestos a participar para buscar una solución justa a esta situación.
“Exhortamos a investigar estos hechos con imparcialidad, se sancionen a los responsables de estos abusos y se garanticen medidas para reparar los daños causados a quienes han sido afectados”, exigen.
Recuerdan, asimismo, que la explotación de los recursos naturales debe realizarse con responsabilidad social, ambiental y ética. En ese sentido, invitan a la comunidad nacional a unirse en solidaridad con los afectados y a expresar de manera pacífica su rechazo a estas prácticas.
De igual modo, solicita a todos los fieles a “unirse en oración” para que reine “la justicia y la paz en nuestra patria”.