El clero haitiano denunció atropellos a sus connacionales con el plan masivo de deportación dispuesto por el gobierno de la vecina República Dominicana.
“Aunque entienden es responsabilidad de las autoridades de cada país reforzar, cuando fuere necesario, la seguridad y los sistemas económicos de sus países, “los principios de la Declaración Universal de los Derechos Humanos no autorizan a ningún Estado a maltratar a los extranjeros”, expresa el Episcopado haitiano.
“Maltratar a un extraño es un acto abominable. Hay que acoger a los extraños con amabilidad”, señalan.
Piden, también, a las autoridades de Haití crear “condiciones de vida seguras mediante una gobernanza responsable y comprometida para que nuestros conciudadanos puedan sentirse en paz, en armonía, en seguridad y con la esperanza de una vida mejor”.
“Nuestros conciudadanos necesitan ver en Haití, nuestro bello país, condiciones socioeconómicas humanas que les convenzan de no emigrar en busca de condiciones más humanas en el extranjero”, concluyen.