Líbano y el grupo armado Hezbolá responsabilizaron este martes a Israel de las explosiones de miles de aparatos buscapersonas que dejaron al menos 9 muertos y cerca de 3.000 heridos.
«Este enemigo traidor y criminal recibirá sin duda su justo castigo por esta agresión pecaminosa, lo espere o no», dijo la milicia libanesa en un comunicado en el cual se apunta a Israel como «plenamente responsable de esta agresión criminal que también tuvo como objetivo a civiles».
Más tarde, Hezbolá dijo en su canal de Telegram que 8 de sus miembros habían muerto a causa de las explosiones. La novena víctima sería la hija de 10 años de un miembro de la organización.
Hezbolá explicó que un número no especificado de buscapersonas explotó alrededor de las 15:30 hora local (12:30 GMT) en la capital, Beirut, y muchas otras áreas del país.
El gobierno de Líbano también culpó de lo ocurrido a las autoridades israelíes, que no han ofrecido comentarios sobre lo sucedido.
Silencio en Israel sobre las explosiones
Desde que el grupo armado palestino Hamás lanzó contra Israel el sorpresivo y mortal ataque del pasado 7 de octubre, dando así inicio a la guerra en Gaza, la frontera de Líbano se ha convertido en una suerte de segundo frente, en el que el Ejército de Israel ha estado intercambiando fuego con Hezbolá.
La milicia libanesa ha estado enviando cohetes y drones contra Israel. Por su parte, la fuerza aérea israelí ha llevado a cabo frecuentes incursiones contra las posiciones y los miembros del grupo. Se han producido miles de ataques transfronterizos.
Un comunicado emitido por el ejército israelí el martes por la noche no hacía ninguna referencia a las explosiones de los buscapersonas, pero señalaba que el jefe del Estado Mayor, el teniente general Herzi Halevi, había realizado una evaluación de la situación con los comandantes «centrándose en la preparación tanto en ataque como en defensa en todos los ámbitos».
También dijeron que no había cambios en las directrices defensivas para el público israelí, pero les pidió que permanecieran alerta y vigilantes.
Las explosiones de este martes se produjeron horas después de que el gabinete de seguridad de Israel estableciera como objetivo oficial de la guerra el retorno seguro de 60.000 residentes al norte del país que habían sido desplazados por los ataques de Hezbolá.
«El gabinete de seguridad ha actualizado los objetivos de la guerra para incluir lo siguiente: devolver a los residentes del norte de forma segura a sus hogares», dijo la oficina del primer ministro. «Israel seguirá actuando para implementar este objetivo».
El lunes, el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, dijo durante una reunión con el enviado estadounidense Amos Hochstein que la única manera de devolver a los residentes del norte de Israel era mediante una «acción militar».
«La posibilidad de un acuerdo se está agotando, ya que Hezbolá sigue ‘vinculándose’ a Hamás y se niega a poner fin al conflicto», afirmaba un comunicado de su oficina.
Israel ha advertido en repetidas ocasiones que podría lanzar una operación militar para expulsar a Hezbolá de la frontera.
En un comunicado de este martes, Hezbolá reiteró su «apoyo y respaldo a la valiente resistencia palestina».