Tomás Aquino Méndez
Pasaron 15 años. Después de las promesas de tres gobiernos, se hizo el anuncio esperado. Monte Grande sería una realidad. La información entusiasmó a 390 familias desalojadas de los predios que pasarían a ser parte de la obra.
Esperanzados, anhelaron la fecha anunciada para “despejar dudas”. Y…llegó el 25 de enero. Se preparó un hermoso y entusiasta acto. Muchos funcionarios y líderes regionales. Pero, los dueños del proyecto, los campesinos no fueron invitados. Se quedaron en su centro poblado VESTIDOS DE NEGRO.
No vieron de cerca al Presidente. Aun así, estaban confiados, porque lo importante era el Proyecto Monte Grande. Con la “inauguración”, las “cosas faltantes” llegarían en poco tiempo. Ese día se dijo que Monte Grande “era clave” para el desarrollo de la región. Se le entregarían 40 tareas a cada familia para producir y alimentar su familia.
Tendrían un barrio modelo, con calles asfaltadas, energía electica, canchas de voleibol y baloncesto, templos religiosos, escuelas, parque de recreación, agua potable y serian resarcidos con el pago de 300 millones de pesos. El acto concluyó. Ocho meses después, las 390 familias del Centro poblado Monte Grande se sienten defraudadas.
Viviendas con filtraciones. Obras inconclusas. Calles a medio terminar. Monte Grande, que es un TODO, solo tiene el EMBALSE. Carece de canales para llevar el agua a las tierras. No tiene aditamentos para generar energía y faltan las obras hidráulicas para llevar el agua al acueducto regional.
Monte Grande sigue siendo una PROMESA por cumplir. Los campesinos del centro poblado Monte Grande proceden de las comunidades Los Güiros, la Meseta, San Simón, Boca de la Mula, Hato Nuevo y Manzanillo.
OCHO meses después de “inaugurado” MONTE GRANDE la pobreza de las familias ha aumentado igual que su DESESPERANZA ¿Seguirá siendo Monte Grande una esperanza o se convertirá en EL METRO DEL SUR?