Hace ocho meses se produjo un primer derrumbe en la zona conocida como “el derrumbao”, tramo carretero ubicado entre el puente “coronel”, los balnearios y playa San Rafael. Aun tratándose de una vía que no solo enlaza a las comunidades costeras, sino que tiene un flujo importante de personas cada fin de semana, que se acentúa más cuando son largos, impactando el turismo local e interno, hasta el momento no se vislumbra una solución.
El Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (Mopc), según ha trascendido hace estudios, sobre todo, para conocer la geología de la zona, pero no encuentra una solución definitiva al origen de la falla en el “derrumbao”.
El último evento se produjo el pasado martes 21 mayo, dos días después de las elecciones presidenciales y congresionales en que el actual gobierno resultó vencedor de los comicios, se produjo otro deslizamiento según Obras Públicas por la explosión de una las tuberías que conduce agua a los acueductos de varias comunidades. Un evento parecido ocurrió hace unos tres meses.
Lo cierto es que el ente responsable de planificar, así como hacer los estudios socioeconómicos y técnicos para el desarrollo del país, no tiene idea de cuándo tiene una solución definitiva a este problemática en “el derrumbao”.
Resulta contraproducente porque cuando arribó a la dirección del Estado en agosto de 2020, el presidente Luis Abinader se comprometió a desarrollar el Suroeste, su buque insignia: Pedernales, en donde desarrolla importante infraestructura turística, esta vía es fundamental para el desplazamiento seguro de turistas, tanto locales como visitantes.
Hay una señal al final: “construir un túnel subterráneo” como solución definitiva a los frecuentes deslizamientos producidos en esa carretera estratégica que, además, nos conecta con el vecino Haití, por la zona de Pedernales.
Jhonny Gregorio Olivero García, expresidente de la Regional Suroeste del Colegio Dominicano de Ingenieros, Arquitectos y Agrimensores (CODIA), plantea construir ese tipo de obra para resolver el problema, pues recuerda que el país tiene experiencia en este tipo de construcciones, pone de ejemplo el Metro de Santo Domingo, cuyos terrenos tienen similares características y garantiza protección a la vida humana.
La piedra caliza seguirá deslizándose, aunque Obras Públicas haga cortes, -observa el experto- por las características del terreno, obligando entonces a tener que buscar una solución a largo plazo, costosa, pero es la requerida en la actual situación de la vía, pues se trata de un terreno movedizo por la existencia de acuíferos en la zona alta, así como en toda la montaña, que provoca una percolación de las mismas.
El gobierno no da solución reorientando el tráfico de vehículos y de personas por la zona de la Cuatro Boca – Enriquillo – Polo, porque impacta negativamente en quienes tienen que verse en la necesidad de movilizarse de sus comunidades a Barahona o a la capital.
Una solución ha sido planteada y no importa el coste que en términos económicos pueda resultar, porque el problema seguirá agravándose, sobre todo, por el inicio de la temporada ciclónica el próximo sábado primero de junio.
Evitemos un mal peor hay “una desgracia a la vista”.