El obispo de la Diócesis de Barahona, monseñor Andrés Napoleón Romero Cárdenas, mostró preocupación por la crisis política en Haití, la cual ha roto la institucionalidad del Estado vecino, sin observar por ahora una solución en el corto, mediano y largo plazo a esta falla político – social en el país caribeño.
Monseñor Romero Cárdenas, ante esta compleja situación sociopolítica en Haití, observa con preocupación que organismos internacionales, así como países como Estados Unidos, Canadá y Francia, no asumen con la entereza que amerita la crisis en el vecino país para resolver la problemática.
A veces –dice- interpretamos como una “dejadez e indiferencia” ante el sufrimiento del pueblo haitiano, pues nadie, entiende, se inmuta ante el dolor humano de una comunidad hambrienta, violentada, sobre todo, muriendo a causa de las balas asesinas de los miembros de bandas armadas que controlan más del 80 % del territorio de Puerto Príncipe, capital haitiana.
“Sabe hay una población sufriendo: niños, mujeres, envejecientes, jóvenes, adolescentes, sobre todo, los de mayor nivel de vulnerabilidad”, opinó la principal autoridad católica en la región.
Obispos no se reúnen
Monseñor Andrés Napoleón Romero Cárdenas, entrevistado en el Podcast producido por el periodista Benny Rodríguez, director de #LaLupadelSur, indicó que la actual situación haitiana impide, incluso, que los obispos fronterizos se reúnan como institucionalmente lo hacen.
Reveló tienen más de tres años sin reunirse obispos ubicados en la frontera de ambos países, cuya parte dominicana integran los obispos de: la Diócesis de Barahona, San Juan y Monte Cristi, mientras por parte de las Diócesis de haitianas son: Puerto Príncipe, Jacmel y Fort-Liberté.
Esos obispos mantenían unos “diálogos de reflexión” sobre la realidad de ambos países, pero por la misma situación de violencia en ese país han venido postergándolos en los últimos tres años, muchos antes de la pandemia de la Covid/19 non podido llevarlos a cabo.
“Antes de la pandemia dejamos de hacer los diálogos. Eran muy bonitos porque nos permitían fraternizar, trabajar algunos temas de interés común y esa situación, como Iglesia, nos tiene muy preocupado”, expuso el líder religioso católico en el Suroeste.
Indicó que la Iglesia Católica Dominicana en todas sus liturgias o actos en donde participa, el tema haitiano está siempre presente sistemáticamente.
No solución de este lado
De igual modo, entiende que no hay solución dominicana a la actual situación haitiana porque, a su juicio, es una “carga muy pesada” para el país y, por tanto, afirma, se hace imperioso el involucramiento militante de la comunidad internacional para conjurar la crisis en el Estado vecino.
Consideró que República Dominicana colabora mucho con Haití en todos los aspectos, sobre todo, el nivel de convivencia con nuestros vecinos es de reciprocidad en esta parte del país.
Precisó que las acciones, así como los proyectos desarrollados por la Pastoral Social de esta Diócesis Barahona, están orientadas, sobre todo, a la zona fronteriza, pero, reitera, el país no puede solo con la carga suya y, también, la de nuestros vecinos haitianos.
“Haití no aguanta más, ¿esperamos se destruya totalmente? ¿se maten ellos mismos en una guerra civil?, entonces nos da la impresión que ese país no importa a nadie”, expuso el obispo Romero Cárdenas durante el desarrollo de la entrevista en el podcast del corresponsal de este diario en Barahona.
Es de opinión que quienes mayor responsabilidad y compromiso tienen con Haití deben emplearse a fondo para encontrar una pronta solución a la actual crisis, mientras de este lado –afirma- nuestros vecinos obtienen cierto apoyo, así como solidaridad.
Huyen hermanas de Haití
La violencia en el vecino país afecta directamente a la Iglesia Católica a ambos lados de la isla, que van desde el secuestro de sus fieles por parte de grupos al margen de ley hasta otros obligados a huir del vecino país hacia territorio dominicano para ponerse a salvo de la espiral de violencia.
El pasado enero, seis religiosas fueron secuestradas por miembros de pandillas armadas en Haití, cuando se dirigían a una universidad y el bus que las transportaba fue abordado por esto elementos, hecho en el que intervino el Papa Francisco para exigir su liberación.
Monseñor Andrés Napoleón Romero Cárdenas, reveló hace dos semanas se vio obligado a viajar a Boca de Cachón para recibir tres religiosas que realizaban su trabajo pastoral en Haití huyeron de ese país hacia territorio dominicano por la violencia en el lado vecino.
“Entonces nosotros alojamos a esas hermanas en una casita en Boca de Cachón, pero huyeron de Puerto Príncipe hacia este lado, quienes realizaban un trabajo muy bonito en Haití”, expuso.
Además, dijo que muchas hermanas han tenido que abandonar Haití por Jacmel, punto fronterizo por la zona de Pedernales y en esas localidades vecinas han tenido que cerrar pequeños hospitales, así como escuelas para huir de la violencia en el país caribeño.