Tomás Aquino Méndez
Un pueblo solidario. Una comunidad de hermanos. Un centro de cultura y arte. Por años esa fue la característica, la identidad de esta demarcación. Nació producto del esfuerzo y la lucha de hombres y mujeres con una visión de progreso y solidaridad.
Hablo de mi pueblo: Tamayo. Las generaciones que seguimos después del nacimiento de este pueblo, heredamos una comunidad poblada por gente laboriosa.
Para que Hatico se convirtiera en lo que es hoy el muncipio de Tamayo, fue preciso alzar MUY ALTA la voz para que se le diera el nombre y los beneficios que llegan a una población elevada de categoría.
Este 10 de marzo Tamayo llega a sus 81 años de fundación. Es tiempo suficiente para que demos una mirada al pasado y honremos a aquellos que nos legaron este adorado terruño. Reconocemos que con el paso del tiempo las cosas cambian.
Llegan nuevos pobladores y las nuevas generaciones traen visiones distintas. Lo que deseamos es que esos objetivos sean para afianzar y superar lo que se ha logrado hasta hoy.
Lo que no deberia suceder es que, un pueblo caracterizado por hombres productivos, profesionales, artistas, excelentes profesores y aguerridos luchadores por la libertad y la democracia, viva hoy un retroceso en esa dirección.
Tenemos que aceptar los cambios, pero teniendo en cuenta que LA REVERSA, como en un vehículo, también es un cambio, pero hacia atrás. Un pueblo de hombres y mujeres honradas tiene que seguir aportando cada vez más figuras que tengan como norte la solidaridad y la defensa de los mejores intereses locales y nacionales.
En este 81 aniversario de la fundación de Tamayo, es oportuno el llamado para que recuperemos los valores culturales y patrióticos que desde su fundación, han identificado a este pueblo, tan heroico como el nombre de aquel indio rebelde sobre las montañas de nuestro Bahoruco para que su territorio fuera libre.