Saqueos, vandalismo e incendio de llantas viejas, se produjeron en el vecino país este 7 de febrero, tras cumplirse la fecha en que el primer ministro Ariel Henry debió abandonar el poder, como establece el acuerdo que firmó en diciembre de 2022 con partidos de oposición, sociedad civil y comunicada internacional.
En la jornada de protesta que exigen la renuncia de Henry, al menos seis personas murieron y más de una decena resultaron heridas en las violentas manifestaciones antigubernamentales.
Entre los muertos hay cinco agentes de la Brigada de Vigilancia de las Zonas Protegidas (BSAP), una nueva entidad armada sobre la que las autoridades han perdido completamente el control, que cayeron durante enfrentamientos con agentes de la Policía Nacional de Haití en la zona de Laboule, en las colinas de la capital.
En la mañana, una persona murió en Ouanaminthe, en el noreste del país, tras atacar una comisaría de la Policía Nacional, que tomó violentas represalias contra los manifestantes.
Además, de los 5 miembros de las BSAP abatidos por agentes de la Unidad del Departamento de Aplicación de la Ley (UDMO, por sus siglas en francés), otros tres miembros han sido detenidos por la policía, según informan medios locales.
La Brigada de Vigilancia de las Zonas Protegidas (BSAP), uno de los principales actores en el corazón de las protestas que se han intensificado en los últimos días, también ha contado este miércoles con víctimas entre sus filas.
Cientos de agentes del BSAP respaldan al exsenador Guy Philippe, que regresó a Puerto Príncipe, luego de cumplir 3 años de cárcel por tráfico de drogas y afirman que quiere provocar una “revolución” en el país.
El BSAP está formado por antiguos militares reconvertidos en guardas forestales, así como por voluntarios, y también por personas integradas al margen de cualquier jerarquía o norma.
El gobierno les prohíbe circular por la ciudad y llevar armas y municiones. Desde entonces, e incluso antes, se han rebelado contra las autoridades uniéndose a los manifestantes, sobre todo, en las ciudades de provincia.
Caos general
En la región metropolitana, las actividades se paralizaron por completo. Apenas se veía a la gente por las calles, mientras que las escuelas volvieron a mantener sus puertas cerradas, al igual que las instituciones públicas y privadas.
En diversas áreas de la capital, por ejemplo Pétion-ville, se levantaron trincheras con neumáticos y la respuesta de la Policía Nacional contra los manifestantes fue el lanzamiento de gases lacrimógenos y disparos.
En todo el país se exige la renuncia del primer ministro con la promesa de mantener encendida la antorcha de la movilización hasta que abandone el poder, tal y como se ha asegurado en las protestas de Jacmel, en el sureste; en Anse-à-galets, en el oeste; en Hinche, en el centro; en Jérémie, en Grand’Anse; en Cap-Haitien, en el norte, y en Les Cayes, en el sur.
Mientras que autoridades y el Gobierno guardaban silencio sobre las multitudinarias manifestaciones. Ayer Kenia solicitó ingresar como miembro observador permanente en la Organización de los Estados Americanos (OEA) para coordinar la misión policial que pretende enviar a Haití, reveló el organismo.
RD está preparada para enfrentar eventualidades
El ministro de la Presidencia, Joel Santos, aseguró ess que República Dominicana está preparada para enfrentar cualquier eventualidad que se presente, a partir de las protestas que se desarrollan en Haití. “Se ha incrementado la vigilancia. Todo está bajo control; nosotros estamos debidamente preparados para enfrentar cualquier situación que ocurra”, dijo Santos Echavarría al ser abordado sobre el tema por los medios de comunicación. Indicó que en previsión de posibles acontecimientos que ocurran en esa parte de la isla y que puedan representar algún riesgo para la República Dominicana, el Gobierno ha prestado especial atención, desde el inicio de esta gestión, a la seguridad a lo largo de la zona fronteriza.