Benny Rodríguez
Imágenes que se observan del llenado de la presa de Monte Grande, que actualmente su embalse tiene un volumen de agua acumulada de 47 millones de metros cúbicos, son impresionantes. Invita a visitar ese espacio que la ingeniería y el hombre son capaces de construir y que sería entregada este jueves 25 de enero en un acto pautado para las diez de la mañana, por el presidente Luis Abinader.
La presa, que pobladores de las provincias que conforman la Región Enriquillo, fundamentalmente tres de ellas: Barahona, Bahoruco e Independencia, denominan como “el metro del Suroeste”, su entrega por parte del mandatario no provoca “frío ni calor” en las comunidades que resultaran impactadas, tanto directa como indirectamente una vez entre en operación la obra.
Una razón para ese comportamiento de diversos sectores de la región con la entrega de una parte de la obra, es que con su inauguración solo del embalse de la presa, las autoridades no garantizan el funcionamiento integral de Monte Grande y que, por lo tanto, no cumpliría con los objetivos del proyecto.
Además, el presidente Abinader entregará un proyecto que pobladores de esta parte del país exige hace 50 años y que lleva 14 en construcción, en vez conseguir que sus actores actúen armónicamente y empatía con el gobierno, provocó distanciamiento con lo que se pretende entregar este jueves.
Hasta ahora al Proyecto Múltiple Presa de Monte Grande (PMPMG), que le entran de Sabana Yegua y el río San Juan, 37.5 metros cúbicos por segundo de agua, la cual se sacan por las compuertas de fondo 20 metros cúbicos por segundo para satisfacer la demanda de riego, así como para el Acueducto Regional del Suroeste (ASURO), en Cuenca baja del río Yaque del Sur.
No el único
Con Monte Grande en operación se tienen varios objetivos: desde el control de las inundaciones hasta incorporar miles de tareas de vocación agrícola a la producción, pero que están ociosas porque no hay agua suficiente para el regadío.
Sin embargo, solo uno de esos objetivos, con la entrega del embalse de “el metro del Suroeste” se cumplirá con la parte que inaugurará el presidente Abinader este jueves 25 de enero: con el control de las inundaciones, un fenómeno que cada temporada ciclónica provoca estragos en Barahona y Bahoruco, sobre todo, en las comunidades que bordean la Cuenca baja del río Yaque del Sur.
En ese sentido, ya no hay riesgos (por ahora) de que se produzcan inundaciones en Cuenca baja, ya que la presa tiene capacidad para almacenar 350 millones de metros cúbicos (actualmente es apenas el 15% de su capacidad de almacenamiento) y Sabana Yegua, cuya capacidad de almacenamiento es de 401 millones de metros cúbicos.
Monte Grande, al menos con lo que entrega este jueves el mandatario, no permitirá sacar “ni una gota de agua” del embalse y, por lo tanto, no se cumplirá con el objetivo de incorporar al menos 400,000 nuevas tareas de producción agrícola, las cuales están ociosas por la falta de agua para irrigarlas, lo que contribuiría a elevar el nivel de vida, así como de bienestar, no solo de los que viven en las comunidades impactadas, sino de toda la región.
Lo que el presidente inauguraría este jueves solo serían los rieles de este proyecto, debido a que solo se ha concluido el embalse que sirve para almacenar el agua y seguirla vertiendo por el cauce del río.
Qué se requiere
Voces de la región, incluso de litorales oficiales (estos en privado) afirman que para que la presa de Monte Grande funcione tiene que resultar un todo, no una parte de ella, como es el caso de la entrega de este jueves por el presidente de la República en un acto pautada para las diez de la mañana en el poblado Monte Grande.
Ese todo implica hacer las obras complementarias del Proyecto Múltiple Presa de Monte Grande (PMPMG), que es lo que garantiza que el complejo hídrico pueda cumplir con todos y cada uno de los propósitos planteados con la obra.
En ese sentido, al menos se espera que con su entrega (de los ejecutado hasta ahora), el presidente Abinader anuncie esas obras complementarias, las cuales resultan fundamentales para el funcionamiento del proyecto que, según se informó, ya se licitaron y el préstamo para su ejecución aprobó el Congreso Nacional.
Entre esas obras complementarias figura la hidroeléctrica, ramales, canales y otros proyectos colaterales que son claves para que “el metro del Suroeste” pueda funcionar de una forma integral y cumplir los propósitos esperados con la obra.
Una variable perturbadora
Una situación que desde el inicio del proyecto resulta en una “variable perturbadora” es lo que tiene que ver con la parte social del proyecto que catorce años después que comenzaron los trabajos de ejecución de la obra permanece.
En ese sentido, el gobierno no cumple con la parte social, sobre todo, en lo relativo al asentamiento, ya que el campesinado de comunidades desplazadas: Monte Grande, San Simón, Los Güiros y La Meceta, que fueron sacados de sus casas, así como de sus tierras para dar paso a la construcción de la obra hasta el momento no tienen sus medios económicos del cual obtenían el sustento, mediante una agricultura de subsistencia.
El gobierno anunció (hace más de un año) que tiene identificado los terrenos para asentar al campesinado afectado, actualmente hay tres tractores de arado que se emplean a fondo en el rompimiento del terreno en el entorno de las casas (aproximadamente unas 2 mil tareas), dos buldóceres en la comunidad Guanarate y una perforadora que se espera en las próximas horas.
Sin embargo, el dirigente de las comunidades afectadas, Santo Esteban Ferreras, denunció que las tierras que identificó el gobierno para el asentamiento a desplazado por la construcción de Monte Grande constituyen un “real infierno”, ya que no son muy aptas para la producción agrícola.
Además, como parte de las acciones sociales, fuentes ligadas al Proyecto Múltiple Presa de Monte Grande, informaron a Listín Diario a cambio de proteger la identidad, que se contempla entregar a un grupo de 20 comunitarios 4 jaulas con 20 mil alevines y toda la asistencia logística para alimentar esa cosecha.
Otra variable que perturba el proyecto y que provocó paralización de los trabajos en el proyecto son los pagos por concepto de indemnización, ya que las autoridades adeudan más de 300 millones de pesos, los cuales no terminan de cumplir, pero la fuente aseguró que la entrega del dinero va fluyendo y que, tampoco, se debe cantidad que denuncian el campesinado como deuda del gobierno con ellos.
Faltan los canales primarios o ductos, que conjuntamente con canales secundarios y otras obras de irrigación, llevarán agua a ambos lados del margen del río, para incorporar cientos de hectáreas ubicadas en las provincias Barahona y Bahoruco, además, falta la hidroeléctrica para generar electricidad, la cual se incorporaría a la producción nacional energética a bajo costo.
Además, otra obra conexa que debe hacerse es una nueva toma de agua que va desde la presa hasta la planta de tratamiento de agua del Acueducto Regional del Suroeste (Asuro), ubicada en el municipio Vicente Noble e incorporar uno o dos metros cúbicos del líquido e impactar comunidades que reciben el vital servicio.
Con esa realidad solucionada las autoridades darían respuesta a la escasez de suministro de agua potable, por lo que sin la construcción de estos proyectos complementarios el Suroeste no sentirá el impacto que espera con la entrega del proyecto, que, con su inauguración con lo ejecutado a la fecha, no genera “frío ni calor”.
Los campesinos han reiterado en más de una ocasión que no se acercaran si quiera al acto de inauguración y que, tampoco, aceptarían títulos provisionales de propiedad del medio económico, el cual le fue despojado para dar inicio a la construcción del Proyecto Múltiple Presa de Monte Grande.