Rosario Espinal
En el 2004, la compañía Latinobarómetro, con sede en Santiago de Chile, publicó los resultados de su encuesta de cultura política regional correspondiente a ese año. Las encuestas se realizaron entre mayo y junio, lo que significa que la encuesta dominicana se realizó durante la transición del Gobierno del PRD (2000-2004) al del PLD (2004-2020).
Una de las preguntas formuladas fue la siguiente: “En términos generales ¿diría usted que el país está gobernado por unos cuantos intereses poderosos en su propio beneficio, o que está gobernado para el bien de todo el pueblo?”
El porcentaje promedio de encuestados en América Latina que respondió que su país está gobernado para el beneficio de unos cuantos poderosos fue 63%, en la República Dominicana 85%, encabezando la región en aquel momento junto a Perú.
Latinobarómetro repitió la pregunta a través de los años, oscilando el promedio regional entre 54%, el más bajo en el 2009 y 79%, el más alto en el 2020.
En la República Dominicana hubo también cierta variación a través del tiempo, pero en la encuesta de 2019, la última antes de la pandemia, registró 84%, o sea, prácticamente igual que en el 2004.
En la encuesta realizada a fines de 2020, en medio de la pandemia y con el nuevo Gobierno del PRM instalado, el porcentaje de dominicanos que expresó que el país está gobernado por unos cuantos para beneficio propio bajó a 60%. No hay datos publicados para 2021 ni 2022.
En este mes de abril 2023 se publicó en la República Dominicana la encuesta Gallup/RCC Media que formuló la siguiente pregunta: “Durante muchos años la economía dominicana ha estado creciendo: ¿a quién cree usted que beneficia este crecimiento de nuestra economía?” El 69% respondió que beneficia a los ricos y solo el 21% dijo que beneficia a todos los dominicanos.
Las preguntas que formularon esas encuestas son diferentes, pero tienen un objetivo parecido: estimar el sentir de la gente sobre la distribución del poder y del bienestar económico.
Gobernar para beneficio de muchos es una tarea difícil en cualquier país del mundo. También lograr que la población sienta satisfacción en sociedades cada vez más exigentes en lo que demandan y esperan de sus Gobiernos.
Pero, cuando la clase política carece de mensajes y acciones que convenzan un segmento importante de la población de que el Gobierno es para beneficio de la mayoría, el sentido y la razón de hacer política se debilitan.
La vitalidad y estabilidad de cualquier sistema político requiere de políticas públicas que atiendan las necesidades y llenen las expectativas de amplios sectores sociales.
Requiere que muchos se identifiquen con la visión de desarrollo que impulsa el Estado, y se produzca la mágica coincidencia de la efectividad en la acción de los gobernantes y la valoración en el juicio de los gobernados.
La percepción mayoritaria en muchos países (República Dominicana incluida) de que el Gobierno beneficia a los poderosos tiene profundas consecuencias, aunque no se exprese en grandes protestas sociales. Genera descontento y desesperanza.
Se necesita un Estado que integre con justicia.