La preocupación por el “trato desigual” basado en el color de piel recibido por estadounidenses que viajan a República Dominicana de autoridades de inmigración local, que dio a conocer en un comunicado la embajada norteamericana el pasado sábado no cayó bien entre sectores «ultra nacionalistas» contestes con las acciones que lleva a cabo la administración Abinader contra extranjeros, principalmente de sus vecinos haitianos.
Para el presidente del Tribunal Constitucional (TC), Milton Ray Guevara, el comunicado de la legación diplomática estadounidense no es más que una «falacia» y una «agresión» verdaderamente «innecesaria”.
Ray Guevera, emitió estas consideraciones durante entrevista en el programa de televisión «El Despertador», que se transmite cada día por Color Visión, canal 9.
El titular del TC, también aprovechó el escenario y felicitó a la Cancillería dominicana por emitir, a su juicio, una declaración de defensa “a la altura de las circunstancias”.
«El Ministerio de Relaciones Exteriores (Mirex), no tardó en reaccionar al comunicado de la embajada norteamericana, expresando que el mismo es manifiestamente infundado, extemporáneo e infeliz”, expuso.
Asimismo, defendió la sentencia 168, considerándola “la más valiosa que ha dictado el tribunal”. Esta ordenanza del año 2013 estableció que los hijos de ilegales no le corresponden la nacionalidad dominicana.
“Esa es la sentencia más valiosa que ha dictado el Tribunal Constitucional, esa sentencia lo que hace es confirmar los perfiles de la nacionalidad dominicana, confirma, además, que todo lo que ha sido la tradición de la jurisprudencia de la Corte de Casación de la República Dominicana desde el año 1929, porque desde esa época se dice claramente en la Constitución Dominicana que los hijos de extranjeros nacidos en tránsito no adquieren la nacionalidad dominicana”, explicó.
Ray Guevara, reiteró que el derecho de la nacionalidad dominicana reposa sobre dos principios, el Derecho de la Sangre y el Derecho de Suelo y que en la ordenanza no existe ningún tipo de apatridia.