Luiz Inacio Lula da Silva logró la victoria sobre su rival, el ultra derechista Jair Bolsonaro en una reñida segunda vuelta de las elecciones brasileñas efectuadas este domingo.
Con más del 99,5% de los distritos reportando sus resultados finales, la victoria de Lula estuvo “matemáticamente definida”, según la autoridad electoral del país.
Las urnas cerraron en todo el país a las 17:00 hora local (20:00 GMT). Los resultados iniciales mostraron a Bolsonaro por delante, pero al igual que en la primera ronda de votaciones, su ventaja finalmente se redujo a medida que se contaban más votos de los bastiones de Da Silva.
El 2 de octubre, da Silva, quien se desempeñó como presidente de 2003 a 2010, recibió más del 48% de los votos, pero no fue suficiente para reclamar una victoria inmediata en la primera vuelta.
El titular advirtió repetidamente durante su campaña que impugnará los resultados si pierde por un pequeño margen, poniendo en duda la confiabilidad del sistema de votación electrónica de Brasil.
Lula da Silva, quien representa al Partido de los Trabajadores de Brasil, ha centrado su campaña en la superación de la desigualdad social y el alivio de la pobreza. Entre las medidas que propone están aumentar los impuestos a los ricos, ampliar la red de seguridad social y aumentar el salario mínimo.
El lema de campaña de Bolsonaro ha sido ‘Dios, familia, patria y libertad’. Su visión del futuro de Brasil incluye la privatización de la compañía petrolera estatal del país, la apertura de la región amazónica a más minería y la flexibilización de las regulaciones de armas.
En el período previo al enfrentamiento, los rivales intercambiaron insultos repetidamente durante los eventos de campaña. En un debate televisado el 17 de octubre, Lula llamó a Bolsonaro un “diminuto dictador” y se comprometió a defender la libertad y la democracia.
El titular respondió, llamando a Lula “una vergüenza nacional”, debido a los escándalos de corrupción que tuvieron lugar cuando el Partido de los Trabajadores (PT) de Lula estuvo en el poder entre 2003 y 2016.
Lula, que gobernó Brasil de 2003 a 2010, no pudo postularse a la presidencia en 2018, debido a una condena por corrupción que luego fue anulada.