A lo largo de los milenios, el llamado “oficio más antiguo del mundo” sufrió persecución y criminalización debido a una serie de razones que iban desde un puritanismo religioso/social hasta el factor de salud pública, pero en las últimas décadas esta situación se revirtió en Europa y en la actualidad el trabajo sexual es legal en Alemania.
La verdad es que existen dos visiones opuestas que son la abolición y regulación, ambas se deben considerar dado el creciente número de contrataciones de trabajadoras sexual online.
El caso abolicionista se aplica en países como Suecia o Francia en donde el foco legal se centra en el proxeneta que se lucra por esta situación o en el cliente que se aprovecha de ellos, pero no en quien se desempeña como escort en sí.
Por el contrario, en la regulación que se aplica en Países Bajos o Alemania es muy diferente ya que en ellos no está penalizado ni criminalizado ni el ejercicio del trabajo sexual ni la estructura del negocio en sí.
La regulación alemana: un enfoque diferente
A partir del año 2002 el trabajar como prepago en Alemania está permitido, pero con ciertas limitaciones muy específicas existentes dentro del esquema de Regulación. Todo comenzó cuando se emitió la Gesetz zur Regelung der Rechtsverhältnisse der Prostituierten, mejor conocida como la Ley de Regulación de las Relaciones Jurídicas del Trabajo Sexual.
Este marco legal establecía los términos generales en los que se debía operar el negocio de la prostitución en Alemania a nivel federal, pero cada región de manera individual utilizó este marco para establecer sus regulaciones específicas.
Los controles establecen que desde costos de tarifa hasta la manera correcta en que se cobrarían los servicios de escort o prepagos y que a su vez serían luego declarados al fisco.
Toda esta estructura legal luego fue ampliada en el año 2017 cuando fue emitida la Gesetz zum Schutz von in der Prostitution tätigen Personen, mejor conocida como la Ley de Protección de los Individuos que ejercen el Trabajo Sexual, la cual expande las obligaciones legales.
Entre los cambios más significativos e importantes están la obligatoriedad de cualquier trabajador sexual de registrarse de forma oficial ante las autoridades especificando su nombre completo, nacionalidad, zona geográfica en donde estará laborando, datos legales, y por último, pero no menos importante, su situación sanitaria y el permiso de trabajo en caso de tratarse de un extranjero.
El Ministerio Federal de la Familia, Tercera Edad, Mujeres y Juventud de Alemania emitió una declaración afirmando que el objetivo de la amplitud del marco legal era el fortalecimiento de la independencia de los trabajadores sexuales.
Esto creará una base legal que protege sus derechos y que estipula sus deberes con el objetivo de garantizar sus condiciones de trabajo y elimina cualquier vicio asociado con la explotación de sus derechos.
Para el ministerio, se trataba de un asunto muy importante porque la principal queja con la que se asocia al trabajo sexual es la explotación forzada, la esclavitud sexual y el tráfico de personas.
Con este nuevo marco legal ampliado se desea eliminar cualquier posibilidad de ilegalidad, creando las condiciones idóneas para que se sientan seguras practicando el “oficio más antiguo del mundo”.
Derechos, pero también deberes
Uno de los grandes avances que recoge el entramado legal en Alemania es que no solo establece sus derechos laborales, sino también sus deberes para con la comunidad.
Toda prepago que opere en una casa de citas, en un burdel o por su cuenta, tiene derecho a retenciones fiscales, pensión y seguro médico, exactamente que cualquier otro trabajador, pero también debe aportar de forma obligatoria en el seguro social y debe de registrar su actividad y declarar el pago de impuestos a final de año.
Según los estudios de la Oficina Federal de Estadística de Alemania, para finales del año 2020 tenía un registro de casi 25 mil trabajadores sexuales y casi 3 mil empresas registradas y con licencia vigente dentro del sector.
Estos datos comenzaron a recabarse desde 2018 cuando existía un registro de casi 33 mil trabajadores sexuales y más de 40 mil en 2020. Sin embargo, la pandemia afectó esta actividad debido al distanciamiento social, lo que obligó a estos trabajadores a dedicarse a otras actividades ligadas al teletrabajo.
Revisando la ley para hacer cambios puntuales
Uno de los apartados que se estipularon con esta base legal era la revisión de la ley a partir de julio de 2022, una vez cumplidos 5 años de la promulgación de todas las reglas, esto con el objetivo de evaluar los efectos prácticos y para monitorear los posibles cambios o ajustes a la legislación.
El Ministerio Federal de la Familia, Tercera Edad, Mujeres y Juventud de Alemania afirmó a principio de julio que esta revisión era indispensable para evaluar de una manera precisa los avances y establecer una base científica con el objetivo de hacer un pronóstico en el corto y mediano plazo para afinar la ley, mejorar los aspectos en donde aún puedan existir vacíos y perfeccionarla.
De acuerdo a los preceptos legales que fueron acogidos durante la sanción de esta ley, durante los próximos meses se emitirá un informe minucioso con la esperanza de entregarlo al cuerpo legislativo a más tardar para el mes de julio de 2025.
¿Regulación o abolición? Un debate actual dentro de Alemania
Si bien la ley de 2002 y 2017 fueron recibidas con beneplácito por la sociedad gracias a su amplitud, en la actualidad existen ciertas críticas debido a su carácter exclusivo.
El modelo de regulación alemán es muy amplio con respecto a los trabajadores sexuales nacionales y a los extranjeros miembros de la Unión Europea, pero como bien especifica Lucrecia Rubio Grundell, una investigadora de la Universidad Complutense de Madrid, de una manera indirecta se crea las condiciones para un mercado ilegal muy difícil de monitorear.
Para esta investigadora es indispensable ampliar este marco regulatorio y ofrecer facilidades para que los trabajadores sexuales extracomunitarios cuenten con permisos de trabajo, esto con el objetivo de evitar que aparezcan vicios, ilegalidades y posibles tratas de blancas que afectarían todo el esfuerzo jurídico que se ha hecho.
Otro aspecto que ha generado críticas es lo relativo a establecer mayores facilidades para el registro obligatorio, entre ellas tener más apertura con lo referente a la zona geográfica en donde se labore y los datos de salud públicos que pueden generar desconfianza.
Para Rubio, solucionando estas pequeñas trabas se podrá asegurar un registro más confiable.
Al igual que la investigadora Rubio, la profesora de Derecho Penal de la Universidad de Salamanca, la doctora María Gorjón, expresa que el modelo abolicionista podría ayudar a que las prepago que sufrieron abusos en el pasado puedan ingresar de una manera voluntaria dentro del registro y formar parte de la estructura legal.
Según estas dos profesionales, tanto el modelo Regulatorio como el modelo Abolicionista tienen cosas positivas en el caso alemán, pero lo único que se necesita es hacer esos pequeños ajustes para asegurar que este esfuerzo de legalización se traduzca en una actividad económica estable, funcional y que genere incentivos, tanto para los trabajadores como para el Estado.
La intención es dejar en el pasado la persecución y criminalización del llamado “oficio más antiguo del mundo” e incorporar a los trabajadores sexuales dentro del gran engranaje laboral, una situación que muy bien pudiera extenderse al resto de Europa y por qué no a países de Latinoamérica como Ecuador, Perú y Colombia.