El movimiento de hombres armados, adscritos a los organismos castrenses de República Dominicana y hasta tanque apostados en el punto fronterizo que une a Haití con el territorio nacional, da la sensación de que «estamos en guerra» con nuestros vecinos.
Al menos, debe definirse, si la señal de guerra que desde este lado de la Hispaniola se envía es contra el Estado haitiano o contra los responsables de bandas armadas que operan en el país vecino, las cuales crean caos y tienen desestabilizado a la nación caribeña, una de las más pobres de este continente.
Al menos es lo que de pronto se observa con casi 1,560 miembros de los organismos de seguridad del Estado dominicano desplegados en el perímetro fronterizo por la provincia Dajabón, como medida preventiva ante la situación de desorden general en Haití.
Además, el movimiento de hombres y armas en este punto fronterizo, se debe a que el pasado jueves aumentó la tensión en la zona cuando un grupo del lado haitiano irrumpió violentamente en las instalaciones del parque industrial Codevi.
Qué hay en la frontera
Este viernes llegó a la citada provincia de Dajabón, una unidad antimotines del Ejército de República Dominicano, más guardias provistos de armas guerra, además, se observan aviones, helicópteros, carros de asalto, tanques de guerra y otras unidades de seguridad que hacen la tarea de «supervisar» la zona.
Auque la sensación es que «estamos en guerra» con nuestros vecinos, el movimiento militar no tiene sentido, ya que el comandante de la Cuarta Brigada del Ejército de República Dominicana, general de brigada Germán Rosario Pérez, «aseguró» que la frontera está tranquila.
Sobre la presencia del dispositivo militar, así como las armas que se exhibe en la zona, según el alto mando militar del país, obedece solo a medidas «preventivas», que por instrucción del Comandante del ERD, mayor general Carlos Antonio Fernández Onofre, se ha dispuesto.
Personas al margen de la «ley» que operan en Haití penetraron el jueves al complejo industrial Codevi, rompieron puertas, cargaron con alimentos y destrozaron vehículos de emergencia de la empresa, que obligó a sus ejecutivos a permanecer con sus puertas cerradas, mientras que miembros de la seguridad interna del complejo y militares custodian el lugar desde entonces.