Tomás Aquino Méndez
Cuando el ingeniero Olgo Fernández fue sustituido en la dirección del control de esa entidad, y la misma pasó a una nueva administración, se dijo que el proyecto Monte Grande quedaba en 63% de construcción. Además, garantizó que los recursos para su terminación, estaban garantizados.
Luego, el presidente Luis Abinader, en su primera visita a la región suroeste, anunció que Monte Grande no se detendría y en 2022 sería entregada.
Por eso me sorprendió la semana pasada que se sometiera al Congreso Nacional una solicitud de préstamo por US$623 Millones de dólares “para terminar el proyecto”. En marzo de este año, Dante Mossi, del Banco Centroamericano de Inversión –BCEI- ratificó el apoyo a la obra.
El pasado miércoles los diputados aprobaron una resolución en la que exigen al gobierno garantizar los recursos para la conclusión de Monte Grande. El diputado por Bahoruco, Rafael Cuevas Jimenez, es el autor de dicha resolución acogida por todos los legisladores.
Entendemos que con el alza experimentada por los materiales de construcción, el costo de la obra se haya elevado, pero llama atención de que se duplique lo que se necesita para terminarla, cuando la obra está en más de 70% de construcción, según la constructora y el director del INDRHI.
Monte Grande es la esperanza para que los suroestanos dejen atrás el temor a las inundaciones, la destrucción de cultivos y propiedades. Esta obra promete contribuir con la creación de empleos, incentivar el turismo y hacer que olvidemos la escasez de agua potable que por décadas afecta a la zona.
Si se necesitan esos recursos que los aprueben, pero que nos hablen claro sobre su uso y, sobre todo, de la terminación de la obra COMO UN TODO, no por parte. Claridad y más amistad.