A la fecha, en la operación militar lanzada el pasado 24 de febrero por el presidente ruso, Vladímir Putin, 498 militares del ejército ruso han muerto en el conflicto y 1,597 han resultado heridos, reveló el Ministerio de Defensa de Rusia.
Mientras quue las bajas en la parte de Ucrania ascienden a más de 2,870 muertos, 3,700 heridos y 572 militares capturados.
Los militares rusos eliminan una amenaza real para Rusia que hasta hace poco emanaba de Ucrania, donde iban a aparecer bases de la OTAN, señaló el ministerio, aclarando que todo lo que se dice sobre bajas «incalculables» es una desinformación dirigida.
Según el informe del Ministerio de Defensa, un total de 1.533 instalaciones de infraestructura militar ucraniana han sido atacadas durante la operación rusa, entre ellas 54 puestos de mando y nodos de comunicación de las Fuerzas Armadas de Ucrania, 39 sistemas de misiles de defensa aérea S-300, Buk-M1 y Osa, así como 52 estaciones de radar.
Paralelamente, fueron destruidos 47 aviones, 484 tanques y otros vehículos de combate, 63 lanzacohetes múltiples, 217 piezas de artillería de campaña y morteros, además, de 336 vehículos militares especiales y 47 vehículos aéreos no tripulados.
El pasado jueves, el presidente de Rusia anunció «una operación militar especial para defender Donbass». En un mensaje especial a los ciudadanos rusos, el mandatario detalló que el objetivo del operativo es «proteger a las personas que han sido objeto de abusos y genocidio por parte del régimen de Kiev durante ocho años».
El Ministerio de Defensa de Rusia aseguró que las Fuerzas Armadas rusas apuntan a la infraestructura militar ucraniana y no atacan ni a las tropas rendidas ni a la población civil.