Cuando la inflación se ha transformado en una ola que recorre el mundo, con Estados Unidos marcando su mayor nivel en los últimos 39 años al escalar a un histórico 7%, América Latina también sigue la tendencia alcista.
Así lo están viviendo países como Brasil (con un aumento de precios de 10% en el último año), México (7,1%), Chile (7,2%), Perú (6,4%), Colombia (5,6%), o Argentina (50%).
Las seis mayores economías de la región han sido testigo del aumento en el costo de la vida impulsado, entre otras cosas, por el incremento en el precio de los productos energéticos y los alimentos, los atascos en las cadenas de suministro que mueven los productos de un país a otro, la subida en los niveles de consumo y la recuperación económica global tras casi dos años de pandemia.
Con niveles inflacionarios que han llegado a mucho más del doble del rango considerado por cada país como aceptable, el dinero tiene un valor cada día menor.
«A la inflación se le ha llamado el impuesto más lacerante para las familias, especialmente en los segmentos más pobres, porque algunas gastan más de la mitad de su presupuesto en alimentos».
1. El aumento en las tasas de interés
Para controlar la inflación, una de las herramientas más utilizadas por los bancos centrales es el aumento de la tasa de interés.
Cuando sube la tasa de interés se encarece el crédito. Eso afecta a las empresas que necesitan pedir dinero prestado para llevar adelante sus inversiones, a los gobiernos que necesitan financiar el gasto público, y también afecta a las personas que requieren préstamos para comprar una casa, un auto o un gasto imprevisto.
Si las tasas de interés están muy altas, a nadie le conviene endeudarse.
¿Qué pasa con los que se habían endeudado antes de la subida de tasas? Si habías contraído una deuda hipotecaria, por ejemplo, con una tasa de interés fija, no hay problema.
Pero si el crédito fue acordado con una tasa variable, entonces la subida de tasas sí tendrá un efecto sobre tus finanzas.
Como Estados Unidos es la mayor economía del mundo y el dólar se considera la moneda más «fuerte» en la economía internacional, lo que ocurre con las tasas de interés en ese país tiene un efecto global.
2. La depreciación de las monedas
Así llegamos a otra de las tendencias que están afectando a la economía latinoamericana: la depreciación de las monedas frente al dólar.
«El tipo de cambio es una de las variables más sensibles que tenemos en la macroeconomía, porque se mueve por factores objetivos pero también por cosas subjetivas», dice Eduardo Carbajal, economista y académico de la universidad mexicana Tecnológico de Monterrey.
El problema de las monedas locales respecto al dólar es que aún existe un escenario de incertidumbre por la pandemia, apunta.
3. Menor crecimiento económico en 2022
Con algunas excepciones, los países de la región enfrentarán un «frenazo económico», según lo han planteado distintos organismos internacionales y los propios gobiernos.
El Fondo Monetario Internacional, FMI, proyectó que América Latina crecerá este año apenas un 2,4%, mientras que la estimación a nivel global es que el crecimiento bajará a un 4,4%, reflejado en gran medida en la desaceleración de las dos mayores economías del mundo: EE.UU y China.