Dra. Chantal Ruiz Lizardo
Una gran parte de la población está enferma, es víctima de condiciones metabólicas causadas por la ingesta constante de alimentos hiperglucemiantes, inflamatorios y de escaso valor nutricional.
Si, enferma por su dieta moderna rica en ultraprocesados, cereales, azúcar y aceites de semillas, que lleva a la inflamación crónica, alteraciones hormonales, incapacidad del cuerpo de utilización de las grasas como fuente de energía, dependencia constante de la glucosa y resistencia a la insulina.
Pero un grupo insiste en desacreditar a una alimentación que hace posible tanto la prevención como la reversibilidad de esta situación.
Aquellos que están en contra de restringir ultraprocesados que nunca debieron existir, de que comamos según nuestro diseño evolutivo, llevar dietas bajas en carbohidratos y ayunar simplemente no quieren ver el problema, porque de ser así la solución es más que obvia.
Qué podemos esperar de un ambiente de alta variablidad glucémica durante todo el día todos los días junto a productos hiperpalatables?
Pues muchos atracones y depender de pastillas de manera crónica para hacer algo que el organismo siempre pudo hacer solito.
Unos pocos miligramos de cualquier medicina puede alterar nuestra fisiología, es tiempo de ver que lo que decidimos comer, tiene efectos tal cual un fármaco o droga más, con sus propiedades, beneficios, indicaciones, contraindicaciones y efectos secundarios.
Si hasta algo tan real como las legumbres tienen efectos secundarios y antinutrientes dentro de sus propiedades, que esperas cuando los efectos secundarios de tu dieta es hiperglucemia, sobreingesta por un apetito insaciable, con sobreestimulacion del sistema de recompensa, picoteos constante con escaso descanso digestivo, comidas fuera de ciclo circadiano, y desequilibrio entre omega 3 y 6.
Entonces tal vez no debería estar en discusión que comer así hace daño y punto, por lo tanto hacer lo contrario hasta tiene sentido común.