Por primera vez desde que inició la pandemia, India, segundo país más poblado del globo, superó las 4,000 defunciones por COVID-19, según los registros ofrecidos este sábado por las autoridades de Salud. Asimismo, nuevamente superó los 400,000 positivos por SARS-COV-2, registrados oficialmente y sus vecinos empiezan también, a verse afectados.
En las últimas 24 horas, 4,187 personas facieron, elevando el total de decesos desde el comienzo de la pandemia a 238,270, que mantiene a India como el tercer país con más muertes, solo detrás de Estados Unidos y Brasil, además, los 401,078 nuevos contagios, unos 13,100 menos que el viernes, sitúan en 21,8 millones los infectados.
La virulencia de la pandemia ha doblegado al frágil sistema sanitario de este país de 1,350 millones de habitantes, que en apenas tres días sumó 1,2 millones de nuevos positivos por SARS-CoV-2.
Pese a la magnitud de las cifras, muchos expertos consideran que se trata de número inexactos, que están lejos de la realidad que se vive a diario en los hospitales, donde hay escasez de todo.
Vacunación lenta
Pese al envío masivo de ayuda internacional, personas contagiadas de coronavirus siguen muriendo a las puertas de los centros asistenciales, colapsados por oleada tras oleada de pacientes que requieren ayuda para respirar. Por el deterioro de la situación, el sábado se inicia en el estado de Kerala, en el suroeste del país, un confinamiento de una semana. En Karnataka, en cambio, regirá por dos.
El programa de vacunación abierto hace una semana a toda la población mayor de 18 años es visto como la principal esperanza para salir de esta crisis. Sin embargo, solo 34 millones de los 1.350 millones de habitantes de India han sido inoculados por completo con una de las fórmulas aprobadas en el país: Covishield, de AstraZeneca, que fabrica el Instituto Serum; Covaxin, del laboratorio indio Bharat Biotech; y la Sputnik V rusa.
La crisis está azotando también a Nepal, Bután y Sri Lanka, donde el aumento de los contagios tiene directa relación con los estrechos vínculos fronterizos y económicos que los unen a India. En Nepal, la temporada de ascensión al Everest está en riesgo, mientras se anotan aumentos sustanciales en el número de contagios. Sri Lanka, en tanto, decidió cerrar sus conexiones con India.