Dr. Clemente Terrero
En las ciencias médica se entiende por inmunidad a la protección que tiene un individuo frente a los agente infecciosos. La inmunidad puede ser adquirida de forma natural o artificial.
Las vacunas son el principal medio para inducir inmunidad artificial, que desde su descubrimiento en 1798 han jugado un papel importante en el control y erradicación de enfermedades infecciosas letales que han causado estragos en la población humana, como la viruela, la poliomielitis, sarampión y otras más..
Hoy, el mundo enfrenta un nuevo reto, se trata de la pandemia de COVID-19, ocasionada por el virus SARS-CoV-2, que no cesa, todo lo contrario, se mantiene activo, con el agravante de la constante aparición de otras variantes probablemente más contagiosas y agresivas, que en tiempo récord se van sustituyendo en el tiempo.
Dada esta realidad, la única alternativa para hacerle frente a este virus y detener su avance, son las cuestionadas vacunas, porque hasta el momento no hay otra opción más eficaz, de lo contrario estamos completamente seguros que la situación puede empeorar, y muchas personas pueden fallecer en ese trayecto.
La inducción de la respuesta inmune a las vacunas contra el Covid-19, va a depender de la cantidad del inóculo, las que tienen menos concentración de antígenos necesitan dos dosis para producir inmunidad, la Pfizer, Moderna, AstraZeneca, Sinovac y Sputnik, mientras las que tienen mayor concentración, como la Janssen de Jhonson and Jhonson, la CanSino, de origen chino-canadiense y la Soberana de Cuba, con una sola dosis es suficiente para provocar una protección segura.
Otro aspecto importante en discusión es el tiempo que dura la inmunidad, hasta el momento no contamos con estudios terminados que aseguren de forma definitiva ese período, siendo la Pfizer la única vacuna que ha emitido públicamente que su vacuna proge por un período de seis meses.
En ese mismo sentido, está demostrado que la respuesta inmunitaria de las vacunas va a depender de la integridad del sistema inmune. Ese sistema tiene que estar en buen estado, que no haya sido afectado por alguna enfermedad o por terapias que puedan alterar su adecuada respuesta a las vacunas.
Así también, el buen funcionamiento del sistema inmune tiene que ver con la edad de las personas, en consecuencia, habrá una mejor respuesta a las vacunas en los individuos jóvenes que en los mayores, esto se debe a que el sistema inmune también envejece y su capacidad va disminuyendo con el tiempo, éste es un aspecto importante que hay que valorar en cuando se habla de vacunación.
Frente al gran reto que representa el SARS -CoV-2, es necesario garantizar la vacunación a toda la población, esta es la única forma de detener el avance inusitado de este virus en el mundo.
De no hacerlo, no sabemos hasta cuando se mantendrá el virus SARS- CoV-2 circulando en la población y mucho menos cuántas personas más perecerán a consecuencia de la infección. La gente tiene que hacer conciencia de esta importante realidad.
*Médico infectólogo pediátra y Director del Hospital Infantil Roberto Reid Cabral