El presidente de la Conferencia del Episcopado de Haití (CEH), Monseñor Launay Saturné, pidió este jueves a la comunidad internacional, a los llamados amigos de Haití, a intervenir ante el incontrolable fenómeno de secuestro que hace estragos en el país caribeño.
“Esperamos sinceramente que los países amigos no se comporten como testigos pasivos de lo que estamos atravesando hoy. En nombre de la fraternidad universal y la solidaridad internacional, no es bueno dejar que un país se arruine”, declaró en la celebración eucarística organizada como muestra de solidaridad con las víctimas del secuestro.
El secuestro, -dice- el Arsobispo metropolitano de Cap-Haitien, es un tipo de acto ilegal condenado por el derecho internacional.
«Nadie puede reclamar el derecho a privar al otro de su libertad personal, especialmente en caso de secuestro extorsionador cuyo objetivo es obtener un rescate a cambio de la libertad de personas inocentes», dijo.
Agregó que el derecho internacional establece por penas severas por este tipo de acto ilegal.
Pedió a los haitianos desempeñar su papel y, también, insta a las autoridades locales a asumir su responsabilidad.
«Debemos trabajar para dejar a las generaciones futuras un país en el que se respeten sus derechos», dijo el prelado católico.
Ante las horas oscuras que atraviesa nuestro país, declaró: «No permitamos que nos roben la esperanza», al tiempo que condena el secuestro de donde proviene. Otro posible Haití, insistió.