Santo Domingo.- La Fundación Justicia y Transparencia (FJT), condenó los que calificó de reiterados «crímenes y abusos», cque afirma cometen miembros de la Policía Nacional, en contra de civiles, señalando como una «vergüenza internacional» el reciente asesinato, en Villa Altagracia, de una pareja de jóvenes evangélicos, en plena luna de miel.
Trajano Potentini, presidente de la FJT, consideró necesario refundar desde cero la Policía, demoliendo el edificio que aloja su sede, en un acto simbólico, que proyecte dejar atrás toda esa cultura trujillista, convirtiéndola en un órgano, garante, protector y defensor de la seguridad ciudadana y del combate a la delincuencia.
A su juicio, los casos registrados de ejecuciones y maltrato a la población dominicana revelan la falta de preparación, entrenamiento y tecnificación de los cuerpos policiales, ya que en ninguna parte del mundo se le dispara a una persona por no detenerse ante el requerimiento de un agente, o por mera presunción o sospecha de ser un delincuente.
Afirmó que los excesos no son hechos aislados, sino una conducta y cultura enraizada en la mente policial, por lo que llamó a la jefatura a tomar medidas urgentes, que incluyan identificación plena de vehículos uniformes y sirenas de policías en los operativos, que les permitan al ciudadano establecer con claridad cuando se está frente a un delincuente o a un policía cumpliendo con su deber.
Pidió al gobierno destituir al actual jefe policial, sobre todo por el evidente fracaso de su gestión, dejando en manos de una nueva jefatura, el poner en funcionamiento de manera efectiva el departamento de asuntos internos de la policía, practicar de manera periódica la prueba antidoping a los miembros de la policía, auxiliarse de profesionales de la conducta humana (psicólogos y psiquiatras) para evaluar cíclicamente al personal policial, y la capacitación permanente y continuada sobre derechos humanos, ética, relaciones humanas, seguridad pública entre otros temas y materias.
Mostró preocupación por los datos arrojados por el informe del Departamento de Estado de los Estados Unidos de Norteamérica, que ubica al país como un violar los Derechos Humanos, con una justicia venal y sin independencia.
«No hay dudas de que se trata de una radiografía fiel de lo que estamos viviendo, lo cual indefectiblemente debe invitar a nuestra clase gobernante a una profunda reflexión», expuso.