Manifestantes que exigen se restaure la democracia en Birmania, tras el golpe de Estado en el país, llamaron este domingo a intensificar las movilizaciones, pese a la sangrienta represión de la junta militar que continúa con las redadas nocturnas y detenciones.
Pedimos a «todo el país que se una» contra la dictadura militar, declaró Maung Saungkha, uno de los líderes de la protesta. «Si llamamos a la desobediencia civil y a la huelga sin salir a la calle, no es suficiente. Tenemos que mantener nuestro combate al nivel más alto. Estamos dispuestos a morir».
Es así como miles de birmanos volvieron a salir a protestar contra la junta militar en ciudades como Mandalay y Rangún, donde las fuerzas de seguridad lanzaron gases lacrimógenos, con los uniformados cada vez más aislados de la comunidad internacional.
Ataviados con cascos de plástico y escudos de metal, los manifestantes tratan de evitar con barricadas en las calles el avance de los policías y militares a pesar de la dura represión en la que se han registrado disparos con armas de fuego.
Político muere bajo custodia militar
Khin Maung Latt, miembro de la Liga Nacional para la Democracia de la líder depuesta, Aung San Suu Kyi, falleció luego de ser detenido por la policía. Khin Maung Latt era responsable del partido en un distrito de Rangún, la antigua capital y la ciudad más poblada del país.
Hasta ahora solo se sabe que Maung Latt se encontraba bajo custodia cuando se produjo su muerte, lo que levanta muchas sospechas sobre las causas del deceso. Al momento de su detención, el líder político se encontraba en medio de una multitudinaria manifestación.
Mientras tanto, la junta militar continúa con una campaña de desinformación en los medios oficialistas, donde insiste en que hubo fraude electoral en los comicios del pasado noviembre, aunque fueron validadas por observadores internacionales, y en la correcta actuación de las fuerzas de seguridad en las protestas.