La caída de la movilidad, debido a la crisis del coronavirus han resultado insuficiente para que Madrid cumpla la directiva europea sobre emisiones de dióxido de nitrógeno (NO2) y ozono (O3) troposférico.
De haber logrado el cumplimiento de la normativa, hubiese sido la primera vez desde 2010, año en que entró en vigor el descenso histórico de la contaminación en Madrid como consecuencia del hundimiento.
Ha habido que esperar hasta el último día de 2020 para saber si la estación de vigilancia de calidad del aire de Plaza Elíptica, la que registra siempre los niveles más altos de NO2 de la red de municipal, superaba los 40 microgramos por metro cúbico de media anual, el límite establecido por la normativa europea.