Juan Tomás Olivero Figuereo
“Nadie abandona el cargo de presidente con el mismo respeto y prestigio que le llevó ahí (Thomas Jefferson).”
Trump, el auto proclamado presidente que no entendió lo que era y ahora no entiende lo que no es: presidente de Estados Unidos de América.
“La campaña presidencial norteamericana, ha traído de todo, entre ello, cosas que ni en los países más atrasados del mundo son posibles de concebir. Ni en Burundi (África), el lenguaje y el discurso ha descendido a los niveles más deplorables, como ha acontecido en la campaña presidencial.
En estas elecciones los Estados Unidos ha perdido el mito de la virginidad de ser el sistema perfecto de modelo de democracia electoral, como perdió también, el glamur de ser el espejo de referencia para el mundo; puesto que, lo que se ha visto y oído, los descalifica como tal; sin que esto suponga, poner en entredicho su grandeza como nación, su liderazgo, sus aportes y trascendencia en la democracia universal (Hillary, Trump vs Margarita Cedeño, Pedro Pablo Kuczynski, 06-11-2016)” fin de la cita.
Pareciera y no es así, que los anteriores párrafos corresponden a una reflexión sobre las elecciones Generales del Pueblo Norteamericano todavía en curso al día de hoy. Las mismas fueron publicadas en esta misma columna y escritas a propósito de las elecciones de 2016.
Trump y su trompianismo republicano de corte fascista pretenden aplicar a Joe Biden la nueva doctrina del populismo sin escrúpulos para llegar al poder o atrincherarse en él para no salir: el llamado Edito Demencial impuesto al pueblo Bolivariano de Venezuela, del “Auto Proclamado Presidente”.
Como este hombre, que, para desgracia del mundo, llegó a tener y tiene en sus manos el mayor poder militar, económico y político. Tristemente para desgracia del mundo, careciendo en lo absoluto del menor sentido de razón, sensatez, juicio político o espíritu de democracia; como ha demostrado con su irrespeto a los organismos internacionales, crisis de la pandemia COVID19 y sus pares en el mundo el actual presidente USA.
Trump no ha dejado otra opción al establishment del Pentágono, cuando llegue la hora, que no será ser arrastrado a remolque de la Casa Blanca a un cementerio de chatarras viejas y tóxicas para la vida democráticas de la sociedad estadounidense.
Joe Biden y el Partido Demócrata ganaron el voto popular con más de 74 millones de votos y el voto electoral con 306 en estas Elecciones Generales 2020. Trump anunció su derrota con meses de antelación haciendo gala del vicio de los ególatras: el síndrome del inderrotable.
El super ego en que ha estado atrapado este individuo le hace perder de vista unos de los principios sobre los que ha galopado el poder y la conservación de la hegemonía política de las estructuras de orden y control de la sociedad norteamericana, el sistema de convivencia social estadounidense y las instituciones que lo sostienen: “Para que Caiga el Sistema es Preferible que Caiga un hombre”.
*Autor Filósofo Jurista Constitucionalista, Profesor Titular UASD
Jt_olivero@hotmail.com, @salomon_55