Un débil Donald Trump, con perdida de apoyo entre sus propios partidarios se resiste a la idea salir de la Casa Blanca, en la que buscaba seguir como inquilino de la casa de gobierno estadounidense y que le fue arrebatada por Joe Biden, oficialmente ganador de los comicios.
En cambio, Trump, denunció este sábado la existencia de «fraudes» y prometió desafiar a Joe Biden ante la justicia, pero hasta el momento no ha presentado ninguna prueba y sus alegaciones parecen muy insuficientes para alterar el resultado de las elecciones estadounidenses.
Pocos minutos después del anuncio por parte de la prensa de la victoria del demócrata Joe Biden, el presidente republicano consideró que la elección no estaba «terminada» y dijo que el lunes acudirá a los tribunales.
En diversos tuits, calificados de «engañosos» por la propia red social, habló de «decenas de miles de boletines llegados ilegalmente» y de una «grave» falta de transparencia en el recuento de los sufragios.
Los demócratas «se comportaron de una manera que sugiere un fraude», agregó con similar falta de precisión su abogado Rudy Giuliani en una conferencia de prensa en Filadelfia, en alusión a boletas de votación a nombre de personas fallecidas y a «manipulaciones».