Un muerto, neumáticos encendidos en varias calles de Puerto Príncipe, capital de Haití, es el resultado de una manifestación convocada por la oposición que exige la renuncia del presidente Jovenel Moise.
También, hay del rechazo al gobernante en otras ciudades del país caribeño, que tiene más de un año en una grave crisis política, económica y social que le impiden avanzar y hunde más en la miseria, desesperanza, así como el caos al vecino de República Dominicana.
Un de policía Jean Rosener Glesil, asignado a la Unidad de Seguridad General del Palacio Nacional (USGPN), fue ultimado a tiros por agentes de la DCPJ haitiana en el hotel Revelation, cuando los uniformados buscaban a Serge Alectis (Ti Junior), líder de la banda de La Saline.
Los manifestantes procedían de varios barrios y zonas de la región metropolitana de Puerto Príncipe, a pesar de las amenazas del líder de la banda armada más poderosa de Haití, Jimmy Cherizier, alias Barbecue, considerado cercano al poder.
Varios de quienes protestaron levantaron barricadas de fuego en varios puntos de la ciudad, mientras bandas de música animaban a los participantes, que se mantuvieron coreando consignas y portando carteles en rechazo a Moise y su Gobierno.
Agentes de la Policía Nacional lanzaron gases lacrimógenos y dispararon al aire para impedir que los opositores pudieran alcanzar la zona de Pétion-Ville, donde les esperaban otros grupos.
En Cabo Haitiano (norte, segunda ciudad del país), los manifestantes respondieron al llamado de la organización política Pitit Dessalines encabezada por uno de los más influyentes líderes de la oposición, Moise Jean Charles, quien depositó una corona de flores en Cormiers, lugar de nacimiento de Jean-Jacques Dessalines, el padre fundador de la nación, asesinado el 17 de octubre de 1806.
Los partidos y organizaciones de la oposición prometieron que continuarán manifestándose para encontrar obligar a Moise a abandonar el poder antes del 7 de febrero de 2021, para que un Gobierno de transición celebre las elecciones presidenciales.
Horas antes de la manifestación en la capital, el jefe de Estado afirmó que el país necesita “tolerancia, paz y estabilidad».
“Olvidemos nuestras disputas, demos prioridad al bienestar colectivo para garantizar un mejor país a las generaciones futuras”, dijo el gobernante en un acto en honor a Dessalines.
Las manifestaciones fueron convocadas por formaciones como la Organización de los Pueblos en Lucha (OPL); Fusión de los Socialdemócratas (Fusión); Movimiento Cristiano por un Nuevo Haití (Mochrenah) y Pitit Dessalines.
Los opositores rechazaron de manera resuelta las acciones de Moise desde el poder, quien gobierna por decreto tras disponer el cierre del Parlamento (bicameral) en enero pasado, luego de que las elecciones para su renovación no se celebraron en el último cuatrimestre del año pasado.
El país más deprimido del continente atraviesa una grave crisis en todos los órdenes, con una economía en recesión, altos niveles de inflación, el estancamiento del diálogo político y el fortalecimiento de bandas armadas que operan libremente en la capital, principalmente.
Un reciente informe de la Oficina Integrada de las Naciones Unidas en Haití (BINUH), estableció que el espíritu de cohesión nacional que se manifestó “brevemente” al inicio de la pandemia de coronavirus se disolvió con rapidez.
“Las tensiones políticas se agravaron aún más a finales de junio cuando la oposición renovó los llamamientos para que el presidente Jovenel Moise dejara el cargo en febrero de 2021 y para la instalación de un Gobierno de transición”, refirió la BINUH, cuyo mandato fue ampliado un año más por el Consejo de Seguridad de la ONU.
Moise se niega a dejar el poder en la fecha exigida por la oposición, al reiterar que su mandato de cinco años expira en febrero de 2022.