A Martín Vizcarra lo «salvó» el Congreso al rechazar la moción que buscaba su destitución por (vacancia) como presidente de Lima, Perú, presentado contra el mandatario, por sus aparentes intentos de ocultar un caso menor de supuesta corrupción.
El juicio político celebrado este viernes en el pleno del Congreso no alcanzó 87 votos a favor de los 130 integrantes del Congreso unicameral peruano, tal como establece la ley peruana para la aprobación de estos casos extremos.
Antes del inicio del debate, Vizcarra se presentó ante el parlamento y señaló que no ha cometido «ningún acto ilegal», aunque pidió «sinceras disculpas» por la crisis política generada tras la publicación de unos audios aparentemente grabados por su ahora exsecretaria personal, Karem Roca.
Vizcarra, quien ha debido afrontar permanentes choques con el Congreso, la grave crisis sanitaria causada por la COVID-19 y el duro impacto económico generado por la pandemia, salvó, por una gran mayoría, la posibilidad de dejar el cargo tan solo diez meses antes del fin de su mandato.
Esa crisis comenzó el pasado 10 de septiembre cuando se difundieron unas grabaciones en las que Vizcarra coordinaba con sus más cercanas colaboradoras sobre sus lazos con el cantante Richard «Swing» Cisneros, un controvertido personaje que es investigado por sus múltiples contratos irregulares en el Ministerio de Cultura.
Este viernes, tras un crispado debate, en el que incluso un legislador opositor deseó que en el futuro se aplique la pena de muerte a Vizcarra, el pedido se quedó muy lejos de los 87 votos mínimos que establece la ley peruana para que un jefe de Estado sea removido del cargo.