Países ofrecieron el pésame y ayuda al Líbano, en donde dos enormes explosiones sacudieron a la capital, Beirut, causando decenas de muertos y miles de heridos, mientras este miércoles equipos de rescate seguían buscando personas atrapadas entre los escombros.
El primer ministro libanés Hasan Diab confirmó que las explosiones fueron causadas por la detonación de 2,750 toneladas de nitrato de amonio en el puerto de la ciudad.
La capital libanesa, declarada ciudad «siniestrada», se despertó conmocionada tras estas explosiones, de tal potencia que fueron registradas por los sensores del Instituto Geológico de Estados Unidos (USGS) como un terremoto de magnitud 3,3.
En el epicentro de la explosión, cuya onda de choque se sintió hasta en la isla de Chipre, a más de 200 kilómetros de distancia, el panorama seguía siendo apocalíptico: los contenedores parecen latas de conserva retorcidas, los coches están calcinados, el suelo, alfombrado de maletas y papeles que salieron disparados de las oficinas cercanas.
Socorristas, ayudados por guardias de seguridad, buscaron toda la noche a supervivientes o muertos atrapados bajo los escombros. Por el momento el último saldo del ministerio de Salud es de más de 100 muertos y casi 4.000 heridos, pero podría aumentar durante el día. Los hospitales de la capital están saturados.
El director general de Seguridad General, Abas Ibrahim, había dicho antes que las explosiones en un almacén del puerto pueden haber sido causadas por «materiales explosivos confiscados hace años».
Las autoridades de Líbano pidieron ayuda a «países amigos y hermanos».
Francia, antigua potencia mandataria, fue uno de los primeros en reaccionar, declarándose «al lado de Líbano». El presidente Emmanuel Macron anunció en Twitter el envío de un destacamento de seguridad civil y «varias toneladas de material sanitario» a Beirut.
Estados Unidos también se ofreció a ayudar después de esta «tragedia horrible».
La canciller alemana, Angela Merkel, dijo que estaba «conmocionada» y prometió ofrecer «apoyo al Líbano». Miembros del personal de la embajada alemana resultaron heridos en las explosiones.
Reino Unido también expresó su disposición a ayudar al Líbano tras las explosiones que hirieron a trabajadores de su embajada aunque sus vidas no corren peligro.
Israel propuso el martes por la noche «ayuda humanitaria y médica» al Líbano, un país vecino con el que técnicamente se encuentra en estado de guerra. Canadá ha hecho lo propio. «Estamos dispuestos a ayudaros», tuiteó el primer ministro canadiense Justin Trudeau.
Varios países del Golfo, algunos de los cuales tienen relaciones estrechas con el Líbano, al que prestan ayuda financiera, rindieron homenaje a las víctimas. Kuwait anunció que enviará ayuda médica urgente.
El ministro de Relaciones Exteriores jordano llamó a su homólogo Charbel Wehbe para transmitirle su solidaridad, y se declaró dispuesto a ofrecer cualquier ayuda que se necesite. Misma expresión de solidaridad desde Túnez, donde el presidente Kais Saied envió una carta a su homólogo libanés expresando su «apoyo» a un «pueblo hermano».
La ONU expresó sus «condolencias» y propuso un «apoyo activo», además de desear una «pronta recuperación a los heridos, entre ellos personal de las Naciones Unidas»: marinos de la misión en el Líbano (FINUL) cuyo barco estaba amarrado en el puerto de Beirut.
Un portavoz del Ministerio de Salud que pidió el anonimato dijo a la prensa la gran cantidad de lesionados ha colapsado los hospitales de la capital libanesa. La explosión se produjo en horas de la tarde en un almacén tras un incendio cuyas causas aún son investigadas.
El presidente libanés Michel Aoun llamó este miércoles a su gabinete a una reunión de emergencia para discutir sobre las explosiones masivas, dijo la Presidencia en Twitter.
El primer ministro libanés Hassan Diab dijo que era «inaceptable» que un cargamento de aproximadamente 2.750 toneladas de nitrato de amonio estuviera almacenado en un depósito en el perto de Beirut durante seis años sin medidas de seguridad.
Por su parte, el Consejo Supremo de Defensa del Líbano declaró a la capital como «zona de desastre» y recomendó que el gabinete declare un estado de emergencia cuando se reúna este miércoles, según un comunicado.
El consejo «recomienda» al gobierno decretar el estado de emergencia, reporto la agencia nacional de informaciones ANI. «Una catástrofe mayor ha afectado a Líbano», lamentó el presidente Michel Aoun al iniciarse la reunión.