Un desconocido realizó este viernes un atentado en la Catedral de Managua, con una bomba molotov que incendió la capilla que alberga a la Sangre de Cristo y el Santísimo, una imagen venerada por los católicos nicaragüenses, informaron la iglesia y testigos.
«Una persona no identificada ingresó a la capilla de la Sangre de Cristo en la Catedral Metropolitana de Managua y arrojó una bomba, produciendo un incendio en donde permanece la sagrada y venerada imagen de la Sangre de Cristo y el Santísimo», dijo la arquidiócesis capitalina en un comunicado.
El hecho ocurrió en horas de la mañana, cuando dentro de la capilla solo estaban dos personas. La vicepresidenta y primera dama, Rosario Murillo, declaró a medios oficiales que ocurrió «un incendio» porque «nuestro pueblo es muy devoto» y había muchas velas en el lugar, donde una cortina tomó fuego.
Sin embargo, el cardenal Leopoldo Brenes, arzobispo de Managua y presidente de la Conferencia Episcopal, refutó a Murillo, al señalar que en el sitio «no hay ninguna vela y tampoco tenemos cortinas, nuestra capilla no tiene cortinas y no tiene veladoras».
Para la Iglesia es un «acto terrorista»
«Estos son actos de terrorismo, una bomba de gran poder, la imagen quedó calcinada… hemos derramado muchas lágrimas porque esta imagen para nosotros significa mucho y también para el pueblo católico y el pueblo devoto de la sangre de Cristo”, expresó Brenes.
Una mujer que trabaja en el templo contó al canal 14 de la televisión local que un joven preguntó dónde estaba la capilla y, luego de indicarle el lugar, escuchó una explosión y vio al desconocido saltando los muros que protegen el lugar.
El suceso ocurre días después de que desconocidos ingresaran a la parroquia en Nindirí, al sureste de Managua, donde causaron daños en imágenes y símbolos católicos y esparcieron por el suelo las ostias. Otros templos católicos fueron profanados recientemente.
«Lo ocurrido ha sido una herida dolorosa al corazón del pueblo católico nicaragüense”, dijo el influyente obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Managua, Silvio Báez, exiliado desde 2019 tras recibir amenazas de muerte, supuestamente de grupos ligados al gobierno del presidente Daniel Ortega.
La presidenta del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh), Vilma Núñez, calificó estos ataques a templos católicos como algo «indignante e inaceptable».