Parecida a la lucha llevada a cabo por el diputado dominicano Pedro Botello, la Cámara de Diputados de Chile aprobó este miércoles un proyecto de reforma constitucional para permitir a los ciudadanos retirar 10% de sus fondos previsionales para hacer frente a las complicaciones económicas que causa la pandemia del nuevo coronavirus.
La iniciativa contó con 95 votos a favor, 36 en contra y 22 abstenciones, y en los próximos días será debatida en el Senado, donde necesitará la aprobación de las tres quintas partes para progresar.
El proyecto no cuenta con el apoyo del gobierno, que considera que la iniciativa impide que se acometa una reforma estructural del sistema de pensiones.
Además, está generando una crisis política en el seno del oficialismo y una agitación ciudadana, que este martes mostró su respaldo a la reforma con un masivo cacerolazo, evento que derivó en algunos actos violentos durante la madrugada.
Tras la aprobación de la iniciativa este miércoles, volvieron a escucharse cacerolazos desde los balcones de algunos barrios de Santiago de Chile así como bocinazos de automóviles para celebrar el resultado.
Los fondos en cuestión se encuentran depositados en las llamadas Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP), empresas privadas encargadas de gestionar el ahorro individual obligatorio en el que se basa el modelo chileno, mediante el cual cada trabajador aporta 10% mensual de su sueldo bruto a un fondo de pensiones personal del que puede disponer cuando se jubila.
El modelo previsional chileno, instaurado en 1980 durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), es altamente contestado por parte de la población desde hace años y fue uno de los motivos centrales del estallido social del pasado octubre.