Santo Domingo.- República Dominicana urge de un «gran diálogo nacional» para afrontar la crisis de salud y económica derivada de la pandemia del coronavirus (COVID-19), así como reactivar la producción, en el que participen de todos sus actores.
La propuesta es de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), que llamó a autoridades nacionales, clase política, empresariado, trabajadores, academias y sociedad civil a provocar ese gran diálogo en el país que posibilite construir a República Dominicana.
Mediante un documento elaborado por intelectuales de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales (FCES), institución académica del nivel superior más importantes del país, considera necesario modificar el sistema sanitario y seguridad social y, en cambio, sugiere concertar con los diferentes actores del sistema de salud lo concerniente a la atención primaria y la prevención e incluir medidas que disminuyan los accidentes de tránsito.
Enfatiza sobre la necesidad de garantizar un aumento sostenido del presupuesto del sector salud, desconcentración y descentralización de los servicios sanitarios, con participación de los gobiernos locales, las comunidades y sus organizaciones e iniciar un proceso de revisión profunda e integral a la Ley 87-01 sobre la Seguridad Social.
Suscriben la propuesta: el decano de la FCES, Alexi Martínez; el vice decano, Antonio Ciriaco; los directores Juan del Rosario, del Instituto Socioeconómico; Wilson Castillo, de Investigaciones y Agne Mirqueya Mateo, de la Escuela de Economía.
También, el maestro Faustino Collado, quien junto a los demás aboga por el fortalecimiento institucional y presupuestario de las instancias de protección y asistencia en caso de riesgos y emergencia.
También, demandan crear un programa para reservas estratégicas de equipos e insumos médicos; aumento sustancial de la contratación de recursos humanos en salud, creación de las condiciones salariales y logísticas para el equilibrio en su distribución nacional y de la capacidad pública y privada para la producción de medicamentos.
Asimismo, el establecimiento de un programa, supervisado por el Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología (MESCyT), conrecursos materiales y humanos destinados a la investigación en el área de la salud por parte de las universidades, y otro de emergencia para la Recuperación Económica (PERE), que apoye la producción y el empleo, disminuya la vulnerabilidad y exclusión de los agentes económicos.
Refirió que lo antes expuesto debe aplicarse con medidas como la incorporación progresiva, bajo diferentes modalidades, (compra, arrendamiento, coparticipación, etc.) de una cantidad apreciable de tierras de vocación agrícola bajo diferentes condiciones, para ponerlas a disposición de campesinos, pequeños y medianos productores agropecuarios, asociados o individuales, dispuestos a ponerlas a producir alimentos e insumos para la industria, otorgando asesoría técnica y financiamiento del Estado, al tiempo que se sigue apoyando a las que ya están produciendo.
También, apoyo a la creación de empresas cooperativas agroindustriales, cogestionadas por los productores agropecuarios, con financiamiento y participación técnica del Estado, para crear un nuevo subsector de empleos y un mercado de productos para consumo nacional y la exportación.
Además, garantizar financiamiento en condiciones especiales para las Mipymes, principalmente aquellas de grupos vulnerables como mujeres y jóvenes. Los fondos podrían ser obtenidos de la disponibilidad de los bancos por excesos de cobertura de créditos improductivos, excesos en provisiones legales sobre los activos, entre otros.