Juan Tomás Olivero Figuereo
“El hombre es la medida de todas las cosas” (Protágoras)
De esta experiencia hay que aprender lo más simple, hemos estado equivocados, hemos caminado en dirección contraria a la verdad, hemos creído que lo más importante no es lo más importante: la vida.
Hemos creído que las necesidades materiales son más que las necesidades existenciales, espirituales y humanas. Hemos creído tantas cosas que no hemos creído lo fundamental; que lo que somos y lo que nos permite ser, no es el bien particular, sino, el bien común universal y trascendente: el sentido de humanidad.
El sentido de humanidad, nos hace ser justos, solidarios y fraternos. Nos hace ser compasivos y enérgicos. Nos hace ser íntegros, honestos y auténticos. Este sentido de humanidad nos hace ser civilizados y no salvajes. Nos hace ver que la solidaridad, es más que la seguridad. Que la indolencia no es un valor un humano y que la rentabilidad, la plusvalía y la modernidad de inteligencia artificial, es la forma más cobarde de un capitalismo salvaje deshumanizante.
El sentido de humanidad nos hace ver que la pérdida de una vida, es más significativo que la pérdida de un empleo. Que la quiebra del mercado no es más esencial que la destrucción de una familia. Que la pérdida de la salud en el planeta es una tragedia más importante que las quiebras de las bolsas de Estados Unidos de América, de Londres, de Rusia, China o europeas y, que la existencia en paz, es más importante que su recesión económica y pérdidas de capitales.
El sentido de humanidad nos hace entender que es un sin sentido salvar la economía y destruir el ser humano y, más que todo el sentido de humanidad nos enseña: que el odio no tiene espacio en tiempo de pandemia. Nos hace entender el auténtico Sentido de Humanidad, que la exhortación del Papa Francisco y António Guterres, Secretario General de las Naciones Unidas de un alto al fuego y detener las agresiones militares a países hermanos, es un acto de fe en el amor del Dios justo y de nobleza humana, ante la amenaza al planeta del COVID-19.
El sentido de humanidad nos ilumina en el sentido de que “paramos o nos destruimos”. El sentido de humanidad nos empuja a pensar que la guerra fría empujada por una demencia de poder, odio y desprecio por la vida, hará del planeta una morgue infernal y desolada.
El sentido de humanidad nos lleva vernos en el espejo triste de nuestras pequeñeces de trampas, simulaciones y egoísmos. Este sentido de humanidad nos muestra que el camino de las próximas elecciones es la sensata posposición de las elecciones del 17 de mayo en República Dominicana.
El sentido de humanidad nos da la razonabilidad para entender la afirmación filosófica de Guillermo de Ockham en lo que se conoce como su navaja o principio de economía, principio de parsimonia o de simplicidad, en que: «La explicación más simple y suficiente es la más probable, mas no necesariamente la verdadera» ¿Qué es lo más simple y suficiente con relación a las elecciones que han de celebrarse el próximo 17 de mayo 2020? El sentido de humanidad y de respeto a la vida nos dice: No hay seguridad ciudadana y sanitarias, mucho menos condiciones políticas y materiales para celebrarse.
Todo indica que de lograrse el pico de la curva de la pandemia covid-19, y esta sea aplanada en este mes de abril, cosa que de ser así; en mayo iniciaría el menguamiento pasivo del contagio. Otra deducción o razonamiento simple es que hay que olvidarse del método con el que hemos degrado la actividad electoral: caravanas, concentraciones, mítines y otras formas de conglomeraciones masivas de la chercha electoral.
¿El asunto no es sólo cambiar fechas, y, de nuestros métodos y comportamientos políticos, qué? Creo que es necesario por las circunstancias covid-19 volver a los horarios de votación diferenciados, en la mañana las mujeres y en la tarde los hombres, para reducir de esta manera el cúmulo de las concentraciones concurrentes.
Desde la perspectiva lógica del razonamiento que venimos desarrollando, la Navaja de Ockham, nos indica que el juicio más simple es que dentro del marco constitucional o lo que queda de él, el mes de menor riesgo sanitario es el mes de Julio. Por lo que concluimos y sugerimos que tanto la primera como la segunda vuelta de las elecciones nacionales y congresuales sean celebradas en este mes: el domingo 5 de Julio la primera vuelta y, el domingo 26 de Julio la segunda vuelta en caso de ser necesaria. Esto sólo si las cosas se perfilaran favorables en esta dirección.
La vida, don sagrado, no puede ser en una Sociedad Humana y Cristiana un medio para alcanzar un fin político o perpetuarse en el poder. Primero la Vida, después cualquier otro hecho político, social o económico. Quédate en Casa. ¡¡¡Cuida Tu vida, la de los Tuyos y Cuida la Mía!!!
Dios proteja este país.
* Autor Filósofo Jurista Constitucionalista, Profesor Titular UASD
Jt_olivero@hotmail.com, @salomon_55