Santo Domingo.- La Fundación Justicia y Transparencia (FJT), propuso como fórmula viable, institucional y constitucional, cambiar el 17 de mayo, en qiue están pautadas las elecciones congresuales y presidenciales, para el domingo 14 de junio, ante los efectos y avance del Coronavirus en el país.
Entiende que «es tiempo» de que el liderazgo político asuma con responsabilidad el momento histórico ante la crisis social y humanitaria sin precedentes provocada por la pandemia del Coronavirus.
Dijo que el virus supera los mil infectados y casi cincuenta muertes, que según técnicos e instituciones autorizadas, apenas empieza en su fase de contagio y propagación, «porque lo peor está por venir».
Trajano Potentini, presidente de FJT, precisó que un elemento que hace inviable la posibilidad de celebrar las elecciones en la fecha prevista (tercer domingo), es la prohibición de Estados Unidos, de celebrar elecciones en su territorio de forma presencial (para los dominicanos en el exterior), única mecánica prevista en nuestras leyes.
Además, lo poco previsible y aventurero, que resultaría «desafiar la realidad» que representa el Coronavirus para la salud pública, de una crisis sin precedentes, que apenas inicia en el país, sin un control efectivo, sin la esperanza de una vacuna en el corto tiempo ni tratamiento y con un sistema de salud colapsado, en manos de las Administradoras de Riesgo de Salud (ARS); sumando a la experiencia comparada, con la suspensión de elecciones, en más de 25 países a la fecha.
Saludó la comprensión de un liderazgo político consiente, como el expresidente Leonel Fernández, que en un gesto de mucha «madurez política», expreso lo que citamos a continuación: (Para mí, las elecciones juegan un rol secundario con respecto a la salud y el bienestar del pueblo dominicano», expresó y dijo que si el virus sigue, los poderes fácticos (sociedad civil, medios de comunicación, políticos) deberán ponerse de acuerdo para saber qué hacer con las elecciones), en términos similares también se han expresado otros líderes.
De asumirse la propuesta de Justicia y Transparencia, se procedería luego del consenso político y social, a apoderar en coordinación con la Junta Central Electoral (JCE), al Tribunal Superior Electoral, para que por sentencia suspenda las elecciones congresuales y presidenciales, para ser celebradas el domingo 14 de junio.
El organismo de la sociedad civil, consideró que acogiéndose su propuesta se daría cumplimiento al artículo 209 de la constitución, que prevé ante la eventualidad de una segunda vuelta, que las eleciones se celebren el último domingo de junio, que sería el 28 del citado mes, cuyos márgenes no alterarían la caducidad del periodo constitucional de 4 años del 16 de agosto, fecha del cambio de mando.
Significó, que fuera de estos márgenes y posibilidades, sobre todo, ante la eventualidad de que persistan las condiciones, más allá de junio, con el actual problema del Coronavirus, tendría entonces el liderazgo político que propiciar también un gran acuerdo, para reformar la constitución, y dar paso en el mismo agosto, casi encima del cambio de mando a celebrar las elecciones, siempre a juicio nuestro, aunque sea con estrecho margen dentro del periodo constitucional, antes del 16 de agosto.
Para la entidad, resulta oportuno desarrollar la iniciativa del cambio de fecha para las elecciones, dándole una mano a la JCE, que no dispone de suficiente credibilidad para liderar la referida propuesta, presentando un calendario y la impresión de 26 millones de boletas para unas elecciones, que ellos saben que es poco viable.
«Pero lamentablemente dependenmos de la voluntad de un liderazgo político, poco concierte de su rol y obligación cívica de intervenir, para economizarle al país, gastos y logística en un montaje eleccionario de ante mano fallido», observó.
Calificó, asimismo, de «poco prudente», la propuesta de un senador Juan Orlando Mercedes (PLD-Independencia), de reformar la Constitución para celebrar elecciones en el 2021, ampliándose o extendiendo el periodo constitucional, lo cual resulta contrario al espíritu y esencia de la constitución, y de la propia democracia.