Dr. Vinicio López
Hasta dónde debemos practicar las verdades, es una frase de una canción de Silvio Rodríguez. A los médicos ahora se nos llama héroes, y en verdad que sí es cierto ese calificativo en un momento de tanta incertidumbre, nunca antes imaginado, al enfrentar un enemigo tan peligroso del cual se desconoce más que lo que queda por descubrir.
Cumpliendo la sagrada misión de salvar vidas, evitar complicaciones y mitigar dolores en casos para los cuales la ciencia a nuestra disposición no tiene respuestas.
Los verdaderos médicos, y otros profesionales de la salud, siempre hemos estado expuestos a los peligros de las enfermedades de nuestros pacientes entregando servicios con calidad y el mejor de los tratos humanos.
El Covid 19, producido por una nueva variedad de Coronavirus, nos plantea el mayor dilema al que jamás nos hemos enfrentado. Nunca antes ninguna otra enfermedad había contagiado a 68 médicos, y otros recursos humanos al servicio de la salud, en un período de tiempo tan breve.
Queda claro que la exposición es de muy alto riesgo, y si por demás no se cuenta con los equipos necesarios para la protección es casi un suicidio del que hasta el momento se ha llevado a dos médicos y a un enfermero amigo. Es la situación actual en países desarrollados y de tercer mundo.
Particularmente rompe el alma salir de su casa cada mañana a enfrentarse con valor, arrojo, compromiso y determinación al contagio durante largas y extenuantes jornadas laborales, dejar a tu familia con la angustia que solo mitiga la fe en las oraciones, regresar a tu hogar como un bicho raro para tus hijos, esposa, nietos y todos los familiares de tu entorno.
Guardar distancia inexplicable para los niños que regularmente te esperan con las más diversas expresiones espontáneas de cariño. Es duro, muy duro saber que si enfermas gravemente vas a una unidad de cuidados intensivos con muy pocas posibilidades de sobrevivir.
Tu familia no puede estar a tu lado, y si falleces te cremarán, no tendrás el velatorio tradicional y entregarán a tu familia un poco de cenizas de lo que fue tu cuerpo.
Los recursos humanos en contacto con pacientes del Covid 19, sin la protección ni el entrenamiento adecuado, se convierten en vectores transmisores de contagio para sus familias, para sus contactos en el medio ambiente familiar y social diseminando directamente la enfermedad desde los centros sanitarios a la comunidad.
Es algo muy probable y bien peligroso. Conociendo nuestras propias limitaciones, saludamos los esfuerzos de las autoridades, del Colegio Médico Dominicano, de los gremios de la salud y de la sociedad dominicana por superar el desabastecimiento en materiales de protección para los guerreros sanitarios. Hasta la victoria final con la fe puesta siempre en Dios.
ME SLLIDARIZO CON LA PREOCUPACIÓN DEL DR. VINICIO LÓPEZ, UN MÉDICO QUE DURANTE SU EJERCICIO PROFESIONAL, SUPO ASUMIR SU RESPONSABILIDAD COMO TAL, AL NIVEL DE LA EXCELENCIA. SU CAPACIDAD DE SACRIFICIO, LE DAN AUTORIDAD, NO SIMPLEMENTE PARA QUEJARSE DE LA PRECARIEDAD EN COMO SUS COLEGAS ENFRENTAN LA GRAVE SITUACIÓN ACTUAL, SINO TAMBIÉN, PARA DEMANDAR QUE LAS AUTORIDADES CUMPLAN LA RESPONSABILIDAD DE PROPORCIONAR LA INDUMENTARIA MÉDICA, QUE OFREZCAN PROTECCIÓN AL PERSONAL QUE BATALLA EN ESTA GUERRA CONTRA EL COVID-19\; Y OJALÁ QUE LO SEA TAMBIÉN, EN OCASIONES CONSIDERADAS NORMALES Y RUTINARIAS.
ME SOLIDARIZO CON LA INQUIETUD EXPRESADA POR EL DR. VINICIO LÓPEZ. POR SU ABNEGACIÓN EN EJERCICIO DE SU PROFESIÓN, TIENE AUTOPRIDAD, NO SÓLO PARA MANIFESTAR UNA QUEJA, SINO PARA DEMANDAR DE LAS AUTORIDADES DE SALUD, PRINCIPALMENTE, DEL GOBIERNO, Y HASTA DE LAS PODEROSAS COMPAÑIAS, PARA PROVEER DE LAS INDUMENTARIAS MÉDICAS, QUE EN ESTE MOMENTO DEMANDAN LAS SITUACIÓN CREADA POR EL COVID-19. AHORA, LOS VEMOS HÉROES, PROVÉANLE DE LAS ARMAS QUE LES PERMITAN VENCER, Y MANTENER SU HEROICIDAD. EL PUEBLO CONSCIENTE LO AGRADECERÁ.