Benny Rodríguez
El Partido de los Trabajadores Dominicanos (PTD), el próximo sábado 21 cumple 39 años y justo en el mes de su fundación (21 de diciembre de 1980), pasa a la historia como organización partidaria que gravitó en el espectro político dominicano.
29 años después de haber sido reconocido como partido por la Junta Central Electoral (26 de enero de 1990), el organismo aprueba su fusión con la Fuerza del Pueblo (FP), entidad de reciente creación, presidida por el expresidente Leonel Fernández.
Lo que no ha cambiado es su sede Nacional, que continúa en la avenida Bolívar 101, esquina Dr. Báez, Distrito Nacional y su logo, pero con cierta modificación.
El PTD, formado por la fusión de dos organizaciones de la izquierda revolucionaria dominicana: Línea Roja del 14 de Junio y Bandera Proletaria, solo acariciará el recuerdo de los agitados días 19, 20 y 21 de diciembre de 1980. Fue la elección de su primer Comité Central y el discurso de clausura del Congreso, a cargo de Eduardo María, seudónimo de José Altagracia González Espinosa, primer presidente de la nueva entidad política.
¿Quedan truncos los sueños?
La decisión de aprobación del cambio de nombre del PTD por el de Fuerza del Pueblo, se produce luego que el Tribunal Superior Electoral (TSE), rechazara la demanda incoada por José González Espinosa que buscaba anular la fusión de la FP con el PTD.
González Espinosa, fundador y primer presidente de la organización, no solo no está de acuerdo con la fusión, sino que advirtió recurrirá ante el Tribunal Constitucional (TC), la decisión del TSE, que rechazó la demanda en nulidad de la fusión de la organización que fundó con la FP.
El partido verdinegro con la flor de la cayena, surgido en un momento de la historia política dominicana, tenía como proyecto “el de completar la obra de Juan Pablo Duarte” y para ello, pese al agitado contexto político dominicano en que acariciaba la idea de alcanzar el poder político en la República Dominicana se han esfumado en su liderazgo fundador.
La utopía de alcanzar el poder continúa presente, ahora con un partido diferente y con nuevos dirigentes, pero los anhelos y los sueños de sus primeros líderes: “lograr el gobierno para desde el hacer la transformaciones que requiere la República Dominicana han quedado truncos.