La asociación tiene sus estatutos. Una membresía de 542 integrantes. Para convertirse en presidente de esta, se necesita 50 % más un voto.
Se hicieron elecciones. Nicomedes las ganó. Juan, que aspiraba a secretario, también resultó electo. El presidente y el secretario escogido, no son de la misma plancha.
Meses después, Juan alegó fraude, pero los votos favorecieron a Nicomedes. Juan comenzó a buscar respaldo de asociaciones externas. Con ese apoyo se creyó con fuerza suficiente y se proclamó presiente.
Pero sin respaldo en organismos internos, ni miembros de la seguridad. Sin embargo, tena apoyo de la Federación, que se cree dueña absoluta de todo.
Por eso él seguía llamándose PRESIDENTE, pero sin tropas, sin base. Nicomedes sigue con el control de los vocales, los vigilantes, los miembros del comité electoral y los votos mayoritarios. Los estatutos dicen cómo se escoge al presidente, y no precisamente es por proclamación personal ni con apoyo externo.
Lo correctos es que Nicomedes cumpla su mandato. Que Juan espere y si logra la mayoría luego, entonces será presidente con toda la de la ley.. Entonces no tendría que arrodillarse por ayuda y apoyo.
También evitaría que alguien desde fuera intervenga en cosas internas de la asociación. Como diría un dominicano del Cibao “que se guaide sus aspiraciones para cuando ei pueblo vote por ei”.